martes, 28 de noviembre de 2017

Entrevista capotiana a Jerónimo Tristante

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Jerónimo Tristante.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Algún lugar perdido de Oregón, no muy lejos de la frontera con Canadá.
¿Prefiere los animales a la gente?
La gente, sin duda, pese a sus múltiples defectos.
¿Es usted cruel?
No.
¿Tiene muchos amigos?
Con la edad no demasiados. Reales, me refiero. Personas disponibles para el ji,ji, ja, ja, sí; pero eso no son verdaderos amigos. Hubo una época en tuve demasiados “conocidos” alrededor.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Friends don´t lie.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Los buenos, no. Otros… quizá.
¿Es usted una persona sincera? 
A veces, demasiado.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Haciendo deporte. Escribiendo. Leyendo, viendo series. Llevando una vida sencilla y tranquila.
¿Qué le da más miedo?
La muerte. Pero no la inesperada, claro.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La corrupción política absolutamente conocida y tolerada en este país.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Músico. Hubo una época en que “perpetraba” canciones. Eran un coñazo, ya sabéis, un cansautor. Tocar en un grupo es más divertido.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Sí, corro, juego al pádel, voy al gimnasio…
¿Sabe cocinar?
Lo justo. Tampoco soy un torpe pero no tengo tiempo para adornarme con florituras.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Lawrence de Arabia.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Hope. Me gusta mucho. Desde que escuché esa palabra, como nombre de mujer en la serie “treinta y tantos”.
¿Y la más peligrosa?
Totalitarismo.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No. Aunque un buen par de hostias….
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Milité en la izquierda, desencantado. En la actualidad milito en la Plataforma Cívica Región de Murcia, una organización de mi región con la que queremos defender los derechos de una comunidad olvidada y dejada de la mano de Dios. Tenemos gente de múltiples tendencias políticas pero muy competentes. Cada vez me encuentro más próximo a eso que llamamos el centro.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Tenista, actor o músico de rock. Aunque debo confesar que soy profesor y me encanta.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Evito los dulces.
¿Y sus virtudes?
Soy muy trabajador, lucho mucho y procuro ser honesto.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
He hecho muchísimas cosas en esta vida, me saldría un largometraje en varias entregas, muy largo. Como diría Goyo Jiménez, “te mueres y encima tienes que ver cine español”, jajaja.

T. M.