martes, 14 de noviembre de 2017

Entrevista capotiana a Juan Fueyo

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Juan Fueyo.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Shangri-La, pero un pueblo de pescadores sería un buen sustituto. Cadaqués o Llanes o un pueblecito en Málaga son buenos ejemplos, pero no los únicos.
¿Prefiere los animales a la gente?
La gente. Los animales pueden ser un buen complemento, pero nunca un sustituto. Y de los animales prefiero al perro más que al gato.
¿Es usted cruel?
No. Y rechazo la crueldad a todos los niveles. Es un mundo cruel y hay una obligación de atajar el problema en la medida que se pueda.
¿Tiene muchos amigos?
No. Nunca se tienen muchos. Siempre hay sitio para más. Pero soy afortunado y cuando no estoy con amigos estoy con amigos de amigos. Decía Shakespeare que no hay nada como estar entre amigos, aunque sean los amigos de otro. Amen. Y amen a los tres mosqueteros.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Solo quiero que yo les importe sin pedir nada a cambio, que sean tolerantes con mis defectos. Es esa cualidad llamada amor.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No. Suelen impresionarme, sorprenderme y demostrar que son más generosos que yo. Ayer vi un youtube de una conferencia que dio un amigo hace cinco años y me lo pasé en grande. No hay decepción en la amistad, solo el coraje de aceptar que hay más caminos que el que recorre uno, y que también son importantes.
¿Es usted una persona sincera? 
¿No lo somos todos? Creo que ,en general, somos más sinceros de lo que pensamos.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Leer y escribir. Aunque no sé si lo prefiero o no tengo más remedio. Me gusta también la música (Serrat y Mahler) y el cine (los Cohen y Visconti). Cuando puedo, paseando por la playa. Largos paseos por la playa. Me hubiese gustado aprender a navegar… Quizá aprenda mañana.
¿Qué le da más miedo?
No poder sacar la familia adelante.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Me escandaliza la guerra, el dolor de los niños, la esclavitud. A otro nivel, también lo hacen los individuos y los grupos sociales que se sienten en posesión de la verdad.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Siempre he sido escritor, quiero decir que escribo desde la adolescencia, y siempre he tenido que hacer otras cosas. Ser médico, neurólogo y dirigir un laboratorio de investigación en cáncer no son malas alternativas, hay cosas peores.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Camino. Antes hacía jogging y jugaba a tenis. La intermitente necesidad de hacer ejercicio con pesas me dura solo un par de semanas. Los veranos intento nadar. 
¿Sabe cocinar?
Sí. Practico poco, pero se me da bien. Mi fabada es casi famosa en mi casa y tengo una receta personal del cocido madrileño y de solomillo al vino blanco. También me salen bien los bocadillos de vegetales con pan tostado.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A Clarín. Necesitamos saber más y que se sepa más de Clarín. Steinbeck y Conrad ya lo son. Hemingway y Borges también.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Paz.
¿Y la más peligrosa?
Odio.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No, pero me hubiera gustado mucho poder hacer desaparecer a algunos personajes con solo chasquear los dedos.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Depende del día. Pero no estoy en ninguno de los extremos. La política es el arte de lo posible. Prefiero que el gobierno sea laico. Cualquiera que sea el partido que esté en el poder la gente debería poder hacer sus cosas y llevar su vida sin intromisiones del gobierno. Estoy en contra de que la ética sea impartida desde un parlamento. Me preocupa que el gobierno intente controlar la vida afectiva, la educación religiosa, y que intente adoctrinar al ciudadano para hacerle partícipe de una sola ideología. No hay democracia sin libertad de prensa.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Un escritor millonario.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Nada principal. Comer pan a todas horas, leer y escribir han sobrevivido a las dietas, a los críticos y al poder de mi voluntad. El ajedrez podría ser un vicio.
¿Y sus virtudes?
Me gusta admirar las virtudes de los demás, pero no creo en quienes van de virtuosos.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
¿Quién cuidará a mi mujer? ¿Quién cuidará de mis hijos? Ninguna imagen metafísica, quizá el recuerdo de la muerte de Kafka.

T. M.