Hace un año, en California. Estaba en la terraza de un local de un pueblito, no sé si Tiburón o Sausalito, y fotografié esta estrella surgida de los árboles. Era Navidad, cálida. Durante aquellos días, me gustaba, cada mañana muy temprano, ir a tomarme un café a la cafetería del hotel, mientras hojeaba el San Francisco Chronicle.
Entonces murió de manera sorpresiva Carrie Fisher, el día 27. Todo el mundo dijo que había desaparecido la princesa Leia, pero para mí había un papel que la reflejaba mucho mejor, ella, que en sus monólogos se mostraba tan cáustica y atrevida: el de la amiga buscahombres de Meg Ryan en Cuando Harry conoció a Sally. Un año ha pasado. Descanse en paz.