sábado, 14 de septiembre de 2019

Entrevista capotiana a María Regla Prieto


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de María Regla Prieto.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Llevo buscando ese lugar toda la vida. Siempre he deseado vivir en algún lugar de la costa –necesito tener el mar muy cerca-, donde se proteja y se cuide la vegetación y los árboles. Mientras lo encuentro, sobrevivo en mi pueblo, Sanlúcar de Barrameda, que no es un mal lugar donde vivir, aunque a veces duele mucho. 
¿Prefiere los animales a la gente?
Me gustan los animales y los respeto. Estoy totalmente en contra del maltrato animal en todas sus vertientes, pero prefiero a la gente.
¿Es usted cruel?
No, aunque a veces me ensaño conmigo misma.
¿Tiene muchos amigos?
Tengo la suerte de tener amig@s de toda la vida y, también, maravillosas personas a las que he encontrado a lo largo de los años que me han hecho ser mejor, más feliz y a los que considero mis amig@s. Me encantaría seguir conociendo a muchas más.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Cariño, complicidad, sensibilidad, generosidad, honestidad, que sean curios@s y que tengan sentido del humor.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No. Los verdaderos amigos nunca decepcionan.
¿Es usted una persona sincera? 
Una persona mentirosa le contestaría que sí, que es sincera. Yo creo que la verdad está sobrevalorada.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
No sé qué es eso. Suelo tener ocupado todo mi tiempo y lo distribuyo como buenamente puedo, pero me gusta mucho leer, ir al cine o a un concierto, pasear, conversar con amig@s tomando una copa de vino… En verano, me encanta nadar en el mar,  y aprovechar y disfrutar de todo lo que me ofrezca la vida.
¿Qué le da más miedo?
Que les suceda algo malo a las personas a las que quiero.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Actualmente estoy muy escandalizada. No entiendo cómo se está normalizando la corrupción política –con todo lo que ello conlleva-. También me escandaliza ver la frialdad de los gobiernos europeos ante la tragedia de los migrantes en el Mediterráneo, la actitud de esos mismos gobiernos ante el gravísimo problema del Medio Ambiente y del Cambio Climático. No puedo dejar de escandalizarme ante la merma y el recorte de derechos adquiridos tras la lucha de tantas generaciones. Me escandaliza ver cómo hay personas en el mundo de la política que, en vez de conciliar, usan el altavoz para crear conflictos y lanzar podredumbre por sus bocas. Me escandaliza la crueldad humana, la falta de empatía... En fin, la lista es interminable.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Habría sido la persona más triste de la tierra. Escribir me reconcilia conmigo misma y con el mundo.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Paseo mucho y, en verano, suelo nadar en el mar. También, por temporadas, hago pilates. Es estupendo contra los dolores de espalda.
¿Sabe cocinar?
Sí. Tengo habilidades para la cocina, pero no es mérito mío. Lo he heredado de mi padre que ha sido siempre magnífico cocinero.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Elegiría a una de las muchas mujeres que han sido enmudecidas a lo largo de la historia. Y sería española, pues tenemos un elenco de mujeres excelentes en nuestro país a las que una sociedad misógina, dictatorial y patriarcal condenó al ostracismo y al silencio.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Cualquier palabra que se le diga a alguien con amor.
¿Y la más peligrosa?
La palabra que se dice con odio.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Soy de izquierdas. Feminista, ecologista y pacifista. Me considero también ciudadana del mundo. No creo en las fronteras.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Viajera.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Mi vicio principal es no hablar de mis vicios. Quizás porque tengo muchos.
¿Y sus virtudes?
Mi principal virtud es no mencionar mis virtudes. Quizás porque tengo pocas.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Al pensar la respuesta a esta difícil pregunta, inmediatamente me ha venido a la mente, con intensidad, la primera vez que vi a la persona con la que comparto mi vida. Después, he recordado las útiles indicaciones que me dio una socorrista amiga para salvarme, por si alguna vez me encontraba en el terrible trance de ahogarme.
T. M.