Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
A día de
hoy, Tarrafal, en la isla de Santiago, Cabo Verde.
¿Prefiere los animales a la gente?
A algunos
perros, sí.
¿Es usted cruel?
Nada.
¿Tiene muchos amigos?
¿Cuánto
son muchos? Yo diría que bastantes.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Que lo
sean.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No suelen,
pero si lo hacen, me parece normal. Nadie es perfecto.
¿Es usted una persona sincera?
No del
todo.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Lo que más
me gusta en la vida es viajar. Después comer, creo.
¿Qué le da más miedo?
Sentir
dolor.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice?
Me sigue
sorprendiendo el egoísmo. El racismo y fíjese que hablo bastante de ello, por
desgracia, ya no me sorprende.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida
creativa, ¿qué habría hecho?
No me
considero escritora, solo he escrito dos libros. Si no escribiera, me gustaría
hacer documentales. Y alguno he hecho.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Ninguno.
Fatal, lo sé.
¿Sabe cocinar?
No, con lo
que me gusta comer.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un
personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Nzinga
Mbande.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de
esperanza?
Vivir.
¿Y la más peligrosa?
Vivir.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Antirracista.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Prefiero
ser persona que cosa.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Soy ácrata
hasta para los vicios.
¿Y sus virtudes?
Soy muy
trabajadora, vital, optimista y tengo alta tolerancia a la frustración (puede
que por lo anterior).
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Las risas
con mis personas queridas. Han sido muchas.
T. M.
