jueves, 14 de noviembre de 2019

Entrevista capotiana a José Luis Ordóñez


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de José Luis Ordóñez.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
El Overlook Hotel. Buena música, buen ambiente, recuerdos para la eternidad y una clásica máquina de escribir. Y todo bien alejado del calor de Sevilla.
¿Prefiere los animales a la gente?
Salvo contadas excepciones, por supuesto. ¿Quién en su sano juicio no los prefiere?
¿Es usted cruel?
Con los personajes de mis historias.
¿Tiene muchos amigos?
Tengo buenos amigos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Ninguna en especial.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Lo peor es que a veces también me decepcionan mis enemigos.
¿Es usted una persona sincera? 
La sinceridad está sobrevalorada.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Leyendo o viendo las historias que otros han imaginado.
¿Qué le da más miedo?
La gente que no lee. La gente que no va al cine. La gente que no va al teatro. La gente que no viaja. La gente que opina de todo. La gente que presume de todo lo anterior.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Que la gente se escandalice.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Algo decente, seguro.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Intento que así sea. A veces lo logro, a veces me quedo atrapado en el menú de Filmin.
¿Sabe cocinar?
Lo necesario para sobrevivir.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A alguien olvidado. Como el gran Robert Shaw.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Love.
¿Y la más peligrosa?
Hate.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
¿Quién no?
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Stanley Kubrick.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Algún personaje heroico de una buena película. Atrapado en la pantalla. Repitiendo la misma historia una y otra vez.
¿Cuáles son sus vicios principales?
El cine, la literatura, la música…
¿Y sus virtudes?
Virtud, en singular: ser consciente de mis vicios.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Todo lo que me queda por escribir y lo más reciente que he escrito: la novela “Los Desertores de Oxford Street” (Algaida, 2018), la obra de teatro “El síndrome de la mujer mecánica” (El Sendero & Fundación SGAE, 2019) y el libro de relatos “Exorcismos” (Extravertida, 2019).
T. M.