viernes, 28 de agosto de 2020

Entrevista capotiana a Juan Torres Zalba


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Juan Torres Zalba.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Uno en el que se pudiera andar y respirar en la naturaleza y tuviera horizonte, aunque no pudiera llegar a él. Tener horizonte da amplitud y tranquilidad.
¿Prefiere los animales a la gente?
Prefiero a la buena gente. Si hablamos de mala gente, un perro es un animal cómplice y compañero.
¿Es usted cruel?
La verdad es que no, rotundamente.
¿Tiene muchos amigos?
Tengo la fortuna de tener muchos amigos. Cosa distinta es que no pueda dedicarles todo el tiempo que debería.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Lealtad, discreción, complicidad, que sean muy buena gente y que no me exijan, pero lo más importante es lo que yo sienta con ellos, el “feeling”, que es algo que no siempre se puede explicar.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No, no suelen hacerlo. Tendrían que hacer algo “muy gordo” para que me decepcionaran.
¿Es usted una persona sincera? 
Diría que sí. Mentirijillas todos soltamos de vez en cuando, pero trato de dejarme guiar por la sinceridad, yendo de cara.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Con mi familia, con mis amigos y haciendo deporte o cantando (además de escribir).
¿Qué le da más miedo?
El miedo verdadero surgió cuando nacieron mis hijas, miedo a que les ocurra algo. Y el miedo a tener miedo tampoco es nada desdeñable. Muchas veces nuestros miedos surgen de nuestra propia imaginación y de un diálogo interno mal enfocado cuando, en realidad, no tenemos nada que temer.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La verdad es que no se me ocurre nada que llegue al grado del escándalo, lo que no significa que no haya muchas cosas con las que no esté de acuerdo o que no comprenda.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Soy abogado (que creo que implica por naturaleza bastante creatividad), pero de no ser lo que soy me habría encantado ser arqueólogo.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Sí, lo práctico. Dos días a la semana hago preparación física, con momentos puntuales de jugar al tenis. En verano soy más ciclista y montañero, aunque mucho menos de lo que me gustaría. No da tiempo para todo.
¿Sabe cocinar?
Cocinar lo que se dice cocinar no, pero tampoco me moriría de hambre. Cosas sencillas sí que hago, pero grandes elaboraciones no.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Es que creo que puede haber muchos personajes inolvidables. Los del Reader’s Digest me tendrían que echar una mano.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
No creo que tal palabra exista, no por sí sola. Un idioma o una palabra sin el contexto de quien lo habla, de su expresión, de su emoción, etc., no significa nada. Pero si tuviera que elegir una me encanta la palabra “futuro”. En estos tiempos de locura y de una vida a todo correr se le da mucho valor al vivir el presente, pero creo que en realidad nos mueve saber que hay un futuro. Sin futuro no hay esperanza.
¿Y la más peligrosa?
Diría que algo peligroso nos conduce a la angustia o a la tristeza. Cualesquiera de las dos son peligrosas, sean cuales sean los motivos de todo tipo que nos pueden conducir a ellas.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Jeje, que desapareciera sí, pero tanto como querer matar, pues no, para nada.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Estas me las guardo para mí.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
No quisiera ser otra cosa.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Mis buenos vicios son mi familia, la Historia de Roma y cantar coralmente. Los vicios malos, si los tuviera, que los destaquen los que me conocen bien J
¿Y sus virtudes?
Diría que soy prudente y discreto. Para mí son virtudes. Puede que para otros no las sean, depende de cada uno, y no lo juzgo.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Ahogarse siempre me ha parecido algo terrorífico, por lo que no creo que pensara otra cosa que no fuese salvarme. Y si viniera alguna imagen, serían por fuerza la de mi mujer, mis hijas, mis padres…
T. M.