domingo, 6 de septiembre de 2020

Entrevista capotiana a Luis Mollá


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Luis Mollá.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Cualquiera frente al mar.
¿Prefiere los animales a la gente?
Prefiero la gente que cuida a los animales.
¿Es usted cruel?
No racionalmente.
¿Tiene muchos amigos?
No, pocos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
No las busco los acepto como son.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No, quizás yo a ellos sí.
¿Es usted una persona sincera? 
Hasta los límites del sincericidio.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Escribiendo, pensando, imaginando…
¿Qué le da más miedo?
Tener miedo algún día.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
A estas alturas difícilmente.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Leer con mayor frecuencia a otros escritores.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Soy un caminante incansable.
¿Sabe cocinar?
Para salir del paso.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Mi madre.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Niña.
¿Y la más peligrosa?
Elecciones (las carga el diablo).
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Sólo a mí mismo.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Soy apolítico por mandato constitucional.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Pez.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Los siete pecados capitales.
¿Y sus virtudes?
No sabría decir.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Fue bonito mientras duró.
T. M.