martes, 1 de septiembre de 2020

Entrevista capotiana a Susana Rubio


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Susana Rubio.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Donde vivo actualmente, en Cambrils. Nací aquí y me encanta mi ciudad, me costaría encontrar otro lugar igual.
¿Prefiere los animales a la gente?
Buena pregunta pero prefiero a la gente, aunque excluiría a los que dañan a los animales. Tengo un gato y un perro, se llevan fatal pero los adoro por igual.
¿Es usted cruel?
No, para nada y no llego a entender cómo alguien puede llegar a ser cruel.
¿Tiene muchos amigos?
Tengo bastantes amigos, soy afortunada, aunque amigos íntimos menos porque me cuesta confiar en la gente.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Que sean leales y poco más.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
A veces uno se monta su propia película en la cabeza y no se ajusta con la realidad. Creo que todos nos decepcionamos en algún momento pero son cosas sin demasiada importancia, sino dejaríamos de ser amigos.
¿Es usted una persona sincera? 
Solo con la gente más cercana. No me gusta molestar ni dañar y si no conozco bien a esa persona prefiero omitir y callar. Tampoco digo mentiras, me callo y me aparto a un lado.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Con mi familia, escribiendo y leyendo, básicamente. También me gusta mucho viajar y parlotear con mis amigas.
¿Qué le da más miedo?
No soy muy miedosa pero que les pueda pasar algo a mis hijos me pone el vello de punta.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
¿Todo lo malo que nos rodea? La violencia, las guerras, el hambre, el machismo, la corrupción… No acabaría…
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
A parte de escribir trabajo en mi propio centro pedagógico y si no hubiera empezado a escribir, quizá hubiera estudiado psicología.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Lo practico a épocas, salgo a correr y a caminar pero no soy muy constante, siempre tengo algo mejor que hacer (risas).
¿Sabe cocinar?
No me gusta nada cocinar pero lo hago aunque no lo disfruto.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A Freddie Mercury, para saber más sobre su vida.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Estudié en un colegio de monjas así que creo que la palabra paz lo abarca todo, o eso me enseñaron.
¿Y la más peligrosa?
¿Lo contrario a la paz? Las guerras, el hambre, la muerte, la destrucción…
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Ni lo he pensado ni sería capaz.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Soy bastante antipolítica: no soporto cómo nos manipulan, cómo juegan entre ellos, cómo mienten, cómo nos engañan… ¿Cómo voy a creer en alguien así? Tampoco soporto los extremos, ni en política ni en ningún ámbito.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Realmente soy lo que quiero ser pero no estaría mal ser hipermillonaria y poder arreglar muchas cosas de este bonito mundo.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Leer y la Coca-cola, zero, eso sí.
¿Y sus virtudes?
Creo que soy empática, tenaz y responsable.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Mi marido soltando una de sus bromas, mi hijo mirándome con cariño, mi hija riendo y arrugando la nariz…
T. M.