sábado, 3 de octubre de 2020

Entrevista capotiana a Francisco Baena

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Francisco Baena.


Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Es lo que me ocurre. Elegiría una cabeza más interesante que la mía.

¿Prefiere los animales a la gente? A veces. Pero solo para mirarlos.

¿Es usted cruel? No.

¿Tiene muchos amigos? Yo diría que los amigos nunca son muchos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? No busco, encuentro: su amistad.
¿Suelen decepcionarle sus amigos? No.

¿Es usted una persona sincera? Tendría usted que descalzarme para averiguarlo… Le recuerdo aquel diálogo de Charada, de Stanley Donen. Pregunta Audrey Hepburn, aturdida: ¿Cómo se sabe si una persona miente o no? Cary Grant le contesta que no se puede saber. Pero ella, que es inocente, se resiste, y él le propone un acertijo: "Según un viejo dicho del pueblo indio, los pies blancos dicen siempre la verdad y los pies negros siempre mienten. Así que si algún día encuentras un indio y le dices: ¿Qué eres tú, un sincero “pies blancos” o un mentiroso “pies negros”? Y él te contesta “Soy un sincero pies blancos” ¿Cómo lo averiguarás?". Audrey, después de un silencio, sentencia: mirándole los pies.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo, viajando, paseando, conversando…
¿Qué le da más miedo? Quizá el dolor.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La impunidad tras cualquier tipo de abuso.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Escribo pero no soy escritor. De igual modo que canto pero no soy cantante, y así con todo. Lo que queda muy lejos de mis entendederas y sin embargo me atrae son ciencias como la astrofísica teórica.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Corría… hasta que tuve una lesión que me impide hacerlo. Ahora monto en bici y nado. Y camino.

¿Sabe cocinar? Habría que distinguir entre cocinar y hacer la comida. Lo segundo lo hago a diario. Lo primero...

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Quizá alguno de las vanguardias artísticas de principios del XX… Arthur Cravan, por ejemplo, me interesó mucho una época. O, en una línea (aún) más pop, Faul (con efe) McCartney.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Una podría ser Dignidad.

¿Y la más peligrosa? Una podría ser Orden.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Alguna vez lo he fantaseado, pero querer querer…

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Actualmente no hablaría de "tendencias". Al menos desde que se agotaron las libertarias o anarquistas que me guiaron en la adolescencia. Una herencia de aquellas (que no la agota) es cierto talante liberal en la mejor tradición de la palabra, tan poco frecuente en España: la que evoca a los librepensadores del XIX, corregido por la sed de justicia social, corregida por una fiscalidad de raíz ilustrada y por la responsabilidad derivada de la madurez y la paternidad… En suma, soy partidario de un modelo complejo y autocrítico del Estado de Bienestar.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? De mayor me gustaría ser aventurero.

¿Cuáles son sus vicios principales? ¿"Comerme" las uñas?

¿Y sus virtudes? Algunos amigos hablan de mi paciencia e incluso serenidad… Claro que son amigos quienes lo dicen.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Quizá un paisaje. O una figura. Lo que dudo que me viniera a la cabeza es un bodegón... Aunque quién sabe. Cosas más raras he visto.

T. M.