lunes, 5 de octubre de 2020

Entrevista capotiana a Mónica Gutiérrez

 En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Mónica Gutiérrez.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Un bosque norteño.

¿Prefiere los animales a la gente? Cada vez más.

¿Es usted cruel? Nunca. Prefiero guardar silencio a resultar cruel en cualquier circunstancia, incluso con personas que pienso que se merecen probar su propia medicina.

¿Tiene muchos amigos? Muy pocos, pero comodísimos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Empatía, lealtad e independencia.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Me decepcionan las personas porque todavía soy demasiado ingenua con la humanidad, pero mis amigos, nunca.

¿Es usted una persona sincera? No soy sincera de palabra, porque pienso que la verdad a menudo duele y es mejor callar. Pero sí soy sincera en mi conducta: huyo de cualquier hipocresía y soy fiel a mis principios.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo, escribiendo y paseando en buena compañía.

¿Qué le da más miedo? Perder a alguien querido.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Que en 2020 todavía no se apliquen protocolos eficaces para acompañar a los alumnos de altas capacidades en la educación reglada. 

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Me hubiese gustado ser médico, ayudar en lo posible a que las personas se sientan bien.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Pilates, tres veces por semana.

¿Sabe cocinar? No soy ninguna experta, pero me gusta.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? William Shakespeare o Jane Austen.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Diferencia.
¿Y la más peligrosa? Mediocridad. Cualquier organismo que encumbre a los mediocres, que opte por soluciones mediocres marginando a los cerebros brillantes porque no son convencionales, porque temen ser eclipsados por ellos. Estamos condenados a desaparecer si no acabamos con los sistemas que premian a los mediocres y marginan las altas capacidades.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Qué pregunta tan difícil en este país. Me gustaría decir que izquierdas, pero la corrupción y la mentira me han robado cualquier tendencia política.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Viajera en el tiempo.

¿Cuáles son sus vicios principales? Beber té, comprar libros por encima de mis posibilidades, malcriar a mi hija.

¿Y sus virtudes? La paciencia y la sonrisa (¡cómo la echo de menos desde que llegaron las mascarillas!)

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Ojalá un montón de momentos felices.

T. M.