domingo, 10 de enero de 2021

Entrevista capotiana a Raúl Quirós Molina

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Raúl Quirós Molina.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Un parque de atracciones: hay comida, diversión y gente muy extraña.

¿Prefiere los animales a la gente? ¡Que Dios me libre! Pero sí los prefiero a la gente que dice que prefiere a los animales.

¿Es usted cruel? Más bien perverso, es más sexy.

¿Tiene muchos amigos? Algunos, pero insuficientes en número como para perpetrar un atraco exitoso.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que comprendan que su locura es la mía.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? ¡No, ni que fueran un hijo!

¿Es usted una persona sincera? Sí, pero no un cretino.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Me encanta acusar a mi mujer de arruinar mi carrera como cantante y humorista y forzarme a escribir. A veces me entretengo pensando en discursos de recepción de premios en los que ajustaré cuentas con media humanidad; premios que luego rechazo, por supuesto. A veces pierdo el sueño por cosas así.

¿Qué le da más miedo? La absoluta falta de ternura de este mundo.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La energía que se emplea a diario en demostrar obviedades como que la tierra no es plana.  Si toda esa fuerza creativa se pusiera en escribir poemas o pintar cuadros, el siglo XXI se convertiría en un nuevo Siglo de Oro. Pero así estamos. Demostrando que la tierra no es plana.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Aquí hay dos preguntas, porque ser escritor no necesariamente conlleva una vida creativa. De hecho el oficio de escritor tiene más de chupatintas que de intelectual.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Corría maratones cuando tenía sentido presumir de ello, ahora que me acerco a los cuarenta temo dar vergüenza ajena. Así que voy a clases de boxeo o hago ejercicio en casa.

¿Sabe cocinar? Por supuesto; es más, no le fiaría mi vida a ninguna persona que no lo supiera hacer.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A los que escribían las tablillas del Gilgamesh o a Homero, fueron los grandes troles de la Antigüedad.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Ternura, la absoluta falta de la misma es la causa y su abundancia solución de prácticamente todos los problemas.

¿Y la más peligrosa? Opinión. Una vez un profesor me dijo: "usted no tiene una opinión formada. Lo que usted cree que es su opinión es un conjunto de creencias no contrastadas, prejuicios y frases de segunda mano. Formarse una opinión requiere dedicación, reflexión y confrontación". No recuerdo el nombre del profesor pero le quiero dar las gracias desde aquí.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Claro que sí, si me encuentro con alguien que dice que no, salgo pitando de la habitación.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Estoy a favor del fin del trabajo asalariado.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? ¿Otra cosa? ¡Será otra persona! ¡No! ¿Para qué? Siendo esa otra cosa querría ser otra y estaría siempre pensando y habitando la otredad y no la mismidad, sería una especie de no existencia y repito, yo pierdo el sueño por cosas así.

¿Cuáles son sus vicios principales? Amenazar mentalmente a cualquier transeúnte, desear dar una paliza por cosas nimias como llevar una gorra o bostezar con la boca demasiado abierta. Nunca lo llevo a cabo.

¿Y sus virtudes? La lealtad.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Las caras de mi mujer y mi hija.

T. M.