sábado, 17 de julio de 2021

“Maldito: escritor que se comporta como un cafre”


¿Qué es la literatura? Pues un «medicamento con alevosos efectos secundarios y salvajes». Lo dice Marco Rossari en este libro tan particular que, a modo de diccionario (traducción de José Brown), nos conduce a motivos, autores y tópicos literarios con tono humorístico y transgresor. Autor de «El único buen escritor es aquel que ya ha muerto» y traductor de una buena cantidad de ingleses y norteamericanos, nos lleva a un trayecto lingüístico entre la A y la Z, desde «aforismo» («Forma de pereza desoladora y crónicamente sentenciosa») hasta «Zuckerman [trauma de]» («Psicodrama o psicomedia en el que un sujeto novela su propia vida negando con vehemencia que así sea»; sobe el personaje fetiche de Philip Roth).

En el libro encontraremos tropos literarios y nombres de escritores significativos que despertarán simpatía en un lector que, por necesidad, tendrá que afrontar estas páginas sin prejuicios y con ganas de derribar idolatrías sobre muchos tótems de la literatura. De ahí que aparezcan grandes autores vistos desde un enfoque satírico, como Joyce, Dickens, Salinger, Bukowski, Céline…

Ello se mezcla con conceptos que se han convertido en géneros literarios, como «autoficción», que para Rossari sería: «Morbo de origen francés que conduce a confesar la verdad despachándola como ficticia, pero usando nombres reales para crear así un absurdo galimatías». Este estilo ingenioso se extiende a «bibliofilia» («Perversión sexual por la que el paciente obtiene placer con la acumulación de polvo sobre libros intonsos»), el «bloqueo del escritor» o la «crisis de la novela». Pero también hay definiciones bonitas, como la de «haiku» («Llanto breve, intenso y reiterado frente a la belleza del cosmos») o «Kafka [disfunción de]», que sería «Dulzura del miedo».

Nabokov estaría de acuerdo con interpretaciones como esta del psicoanálisis, al sugerir que tal disciplina constituye una «literatura inverosímil o sencillamente fantástica; psicoficción». Este tipo de golosinas léxicas conducen a la idea de que, a pesar de que la literatura es una enfermedad que suele contraerse en la infancia, también es la cura de muchas cosas. Hay además un añadido titulado «Apendicitis hispánica», donde encontraremos jugosas líneas sobre «generación», que puede muy bien desde el sarcasmo dar en el clavo: «Ansiedad del quítate tú que me pongo yo»; o en torno a «malditismo», una «enajenación del escritor que aspira a la gloria comportándose como un cafre».

Publicado en La Razón, 17-VII-2021