jueves, 19 de agosto de 2021

Entrevista capotiana a Carolina Sanín

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Carolina Sanín.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Una catedral gótica; Chartres, por ejemplo. O las Mil y una noches.

¿Prefiere los animales a la gente? No. La gente está poblada por todos los otros animales. O prefiero a los otros animales, pero no solo aparte de las personas humanas, sino también dentro de ellas.

¿Es usted cruel? A veces planeo venganzas y lo disfruto momentáneamente. Y disfruto de burlarme, que es crueldad.

¿Tiene muchos amigos? No creo que nadie tenga más que uno. Solemos confundir la amistad con la conversación y llamar amigos a los interlocutores frecuentes.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? La inteligencia. La originalidad.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Todo el tiempo. Y causarme admiración, todo el tiempo, también.

¿Es usted una persona sincera? En tanto que hablo, soy insincera como todo el mundo. Pero tengo esta condición de que la verdad se me trasluce en el rostro y me hace sincera a mi pesar.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? En el agua, cultivando mi jardín, durmiendo. Sobre todo, durmiendo.

¿Qué le da más miedo? Creerme que mi versión o mi visión necesariamente parcial de una situación es la realidad. Y me pasa a menudo.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La condena moral absoluta. Los juicios sin defensa.

Si no hubiera decidido ser escritora, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Me habría gustado ser psicoanalista, que también es ser lectora.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Nado.

¿Sabe cocinar? Sí, pero sin mucha complejidad ni originalidad.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Hoy, al interpretado por Chaplin en City Lights. Trataría de describir esa representación posible de la inocencia.  

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Confianza.

¿Y la más peligrosa? Esperanza.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? La desconfianza en las consignas.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Una encina.

¿Cuáles son sus vicios principales? La cólera. La curiosidad.

¿Y sus virtudes? La valentía, que puede ser la misma cólera. La curiosidad.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? La imagen del tiempo, que solo conocería en ese momento.

T. M.