sábado, 9 de octubre de 2021

Entrevista capotiana a Clara Sánchez

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Clara Sánchez.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? La biblioteca de mi casa u otra cualquiera. Leyendo se pasa el tiempo de maravilla. En esta pandemia mucha gente lo ha comprobado.

¿Prefiere los animales a la gente? De ninguna manera. No me gusta que me quieran por un trozo de pan o  una caricia en la cabeza. Prefiero un forcejeo emocional de tú a tú, hablar, discutir, no dar por supuesto el amor de nadie.

¿Es usted cruel? Rotundamente no. Entre mis múltiples defectos la crueldad no me sale de dentro, y en los demás me repugna.

¿Tiene muchos amigos? La amistad a gran escala es un concepto adolescente. Después algunos amigos se marchan al extranjero y ya no los ves, o te marchas tú. Otros desaparecen. Hay que tener una vida muy estable en un mismo sitio, haber ido siempre al mismo colegio y todas esas cosas para conservar a muchos amigos. Creo que tengo los justos. Pero Si aparecen más, bienvenidos sean.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que sean agradables y si puede ser con sentido del humor.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Lo doy por supuesto. Yo también los decepciono a ellos.

¿Es usted una persona sincera? Más o menos. Siempre me ha parecido un signo de vejez espantoso  soltar todo lo que se piensa como si a uno le hubiesen metido en vena el suero de la verdad.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Caminar mucho y rápido, nadar dos veces a la semana, leer, ver alguna serie que me enganche, ir al cine (cuando se pueda), al teatro, alguna exposición, salir a comer o a cenar y escribir. Escribir lo incluyo en el ocio, no me gusta tener la sensación de que escribir es un trabajo aunque cueste esfuerzo. El trabajo es todo lo demás, que es mucho.

¿Qué le da más miedo? Que a mi familia le ocurra algo malo, que no sean felices, que la vida no les dé alguna satisfacción.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Me escandaliza la situación de los ancianos. En la pandemia hemos comprobado que nadie piensa en ellos, que las residencias no están en condiciones y que los tratamos como desechos humanos. Me escandaliza que no se invierta más en una sanidad pública, que nos habían hecho creer que era la mejor del mundo y que se ha venido abajo como un castillo de naipes. Me escandaliza el cinismo de los políticos y que los directores de los bancos se suban los sueldos mientras anuncian eres. Y así podríamos seguir.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Siempre he llevado una vida creativa aunque me dedicase a otra cosa. No siempre mi profesión ha sido la de escritora aunque escribiese. La creatividad no se puede impedir.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Como ya he dicho antes andar y nadar, no tengo energía para más.

¿Sabe cocinar? De pequeña mi madre me encargaba poner unas lentejas, una verdura, hacer la masa de un bizcocho. Y yo he hecho lo mismo con mi hija. Saber cocinar es muy importante. Te abre la mente a las cosas importantes de la vida.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A mi madre. Todo lo que sé sobre emociones lo aprendí de ella. Solo tenía que mirarla para saber lo que era el dolor y la alegría.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Mañana.

¿Y la más peligrosa? Celos.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No, pero sí que desapareciese de mi vida.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Me gustaría que los políticos pensaran más en la gente que en ellos mismos. Que gozásemos de una sanidad y una educación públicas fuertes, igualdad para la mujer, que la cultura formara parte de la vida cotidiana de la gente, que los ricos no fuesen tan ricos ni los pobres tan pobres, un equilibrio.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Soy lo que quería ser, ya es suficiente.

¿Cuáles son sus vicios principales? No hacer nada.

¿Y sus virtudes? Una gran capacidad sentimental.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Mi hija mirándome con sus grandes ojos negros.

T. M.