En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Alejandro Duchini.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder
salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Mi casa, con mi gente.
¿Prefiere los animales a la gente? No. La
gente. La buena gente.
¿Es usted cruel? Creo que no. Pero
esta respuesta creo que amerita una charla con todos los que me conocieron o me
conocen. Y eso es imposible. Así que pongamos que no soy cruel.
¿Tiene muchos amigos? Sí. Y buenos. Me
quedo con una frase de Miguel Abuelo, que cantaba “son mis amigos los héroes de
toda una vida”.
¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que sean amigos.
Pretenderlos con determinadas cualidades es pretencioso.
¿Suelen decepcionarle sus amigos? No. Los que me
decepcionaron o aquellos a los que decepcioné ya no son mis amigos.
¿Es usted una persona sincera? Sí.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Escuchando música,
escribiendo, leyendo, viendo fútbol y haciendo cosas que me den placer. Entre
ellas, dormir.
¿Qué le da más miedo? La muerte
de seres queridos.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice? Nada.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida
creativa, ¿qué habría hecho? Ni idea. Taxista, tal vez.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Sí.
Futbol, salgo a correr. Y suelo hacer ejercicios de mis años adolescentes,
cuando practicaba artes marciales.
¿Sabe cocinar? Sí. Y me gusta. Sobre todo probar
recetas.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un
personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Han Solo o Miguel
Abuelo. También Luke Skywalker.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Esperanza.
¿Y la más peligrosa? Traición.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No.
¿Cuáles son sus tendencias políticas? Justicia social. Cualquiera
que vaya por ese lado, siempre y cuando sea sincera. No es la derecha,
justamente.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Jugador de
fútbol o cantante. Un Rolling Stone.
¿Cuáles son sus vicios principales? Fumar porro.
¿Y sus virtudes? Supongo que por mi
miedo a no ser humilde es que me da vergüenza contestar esta pregunta. Paso, si
se puede pasar.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza? “Lo único que falta
es que se aparezca un tiburón”.
T. M.