miércoles, 23 de febrero de 2022

Entrevista capotiana a José Luis Serrano Cebrián

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de José Luis Serrano Cebrián.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? En el olivar de Igor Ruskus (personaje de “La cuarta semilla”). Desconozco si existe en la realidad. Lo creé en mi imaginación como lugar de juegos de aquel niño que se hizo hombre de un disparo. Es un terreno al borde de un barranco que mira a un mar que cena soles. Tenía su cabaña en la copa de una oliva.

¿Prefiere los animales a la gente? Somos parte de los mismo, pero nuestra primera prueba es la gente. Si sobrevivimos, pasamos de pantalla. Hay que aprender a mirarles porque son nuestra fuente de aprendizaje. Para los animales, le gente son ellos mismos.

¿Es usted cruel? Lo fui. Creo que ya no. En particular con una persona. Alguien a quien no toleraba muchas impertinencias. Condensaba todo lo que no me gustaba de los demás. Era como el modelo de imperfección. Siempre pensé que no me convenía porque era un lastre para crecer. No recuerdo desde qué momento comencé a sentir cierta indulgencia hacia él y hoy ya comprendo que aquellas molestias que veía en los demás era en realidad asuntos míos sin resolver. No me arrepiento de haber sido cruel con él porque es parte del proceso. Era yo mismo.

¿Tiene muchos amigos? No. Tengo muchos conocidos y no tengo dificultad en relacionarme y pasarlo bien. Sin embargo, tiendo a la soledad. Siento que mi energía procede de los momentos solitarios. Todos los conocidos son potenciales amigos de verdad. Cada uno en su momento. Pero debo un sincero homenaje a algunos de ellos y no soy demasiado diestro en ello. Creo que no he sabido cultivarlos como se merecen pero todavía queda mucho tiempo. Tengo esperanzas de ser comprendido. Mostrar el afecto es la gran lucha de muchos hombres que han sido educados para otros tiempos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Sinceridad, bondad y ternura.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? No. Ha habido decepciones que han causado tristeza, por eso supe que eran amigos, por la emoción que provocó en mí. Quienes no siento como amigos generan otras emociones como la rabia o el enfado o el asco. Pero tras las decepciones me doy cuenta que son provocadas por cuestiones muy comprensibles  en las que yo mismo hubiera caído.

¿Es usted una persona sincera? No tanto. Tiendo a pesar que sí, pero cuando me observo de verdad me doy cuenta de muchos detalles a pulir. No está claro, de todos modos, que la falta de sinceridad no sea una cuestión de bondad.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Hace tiempo que decidí que el resto de mis días deberían estar plagados de actividades fertilizantes. De esas que le hacen crecer a uno hacia su potencial. Están muy relacionadas con los valores que rigen mi existencia: la libertad y la armonía. Cada día leo, escribo, creo algo, estudio y hago deporte. Quiero llegar a leer el canon de los clásicos occidentales, no quiero dejar de escribir historias que interesen, escribo un diario que ahora estoy transformando en un videodiario, estudio el grado de comunicación y hago deportes de larga distancia porque necesito percibir el viento, el sol, el agua y mi cuerpo fuerte. Siento que si mi cuerpo no se ejercita, estoy perdido. Quizás fui soldado en otras vidas.

¿Qué le da más miedo? Perder la memoria. La memoria es esa cuenta de ahorros que permitirá jubilarnos con cierta serenidad. Memoria de emociones, sensaciones, caricias, paisajes, olores, miradas. Por eso mi afán de tener un diario. Quiero tener todo fresco, escribirlo todo, fotografiarlo, dibujarlo. Capturarlo, en definitiva.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Creo que esta pregunta guarda mucha relación con la de la crueldad. Hace tiempo, aquel en que no toleraba el comportamiento de una parte de mi “yo”, me escandalizaba a menudo porque veía constantemente el reflejo de mis defectos en otros. Percibía como escándalos muchos comportamientos inmorales. Hoy he conseguido comprender muchas cosas y me doy cuenta que todo es esperable. Ya casi no hay escándalos. Aunque sí soy bastante beligerante con la falta de ternura y me solivianta los comportamientos tiranos.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Fotógrafo, dibujante, filósofo, maestro, director de cine, actor, explorador, navegante. No necesariamente por este orden.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Si, mucho. Lo necesito. He hecho algún Iron-man (triatlón de larga distancia), maratones, Pilates, travesías a nado y todo cuanto me proponen. También practico meditación.

¿Sabe cocinar? No me moriría de hambre pero no sé. Admiro mucho a quien sabe cocinar y me quedo absorto mirándoles mientras lo hacen. La cocina está cargada de significados y en mi historias siempre hay una cocinera mujer con un gran poder. Suelen ser las protagonistas en la sombra de cualquier historia. Me interesa mucho más la cocina de la mujer tradicional que la de autor. Las mujeres se resisten a entrar en este negocio de diseño y eso no es solo por falta de oportunidades. Creo que hay bastante de sabiduría en ello.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Los personajes imprescindibles e inolvidables suelen permanecer en el anonimato. Esos son los inolvidables, aquellos que han sostenido almas sin contar con recursos. O aquellos que los tuvieron y los dedicaron a la caridad y a ejercer la bondad. En ellos me inspiré para crear a Igor Ruskus o Burim Svarog y a otros como Hermann Gmeiner (fundador de Aldeas Infantiles) entre otros.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Paz. Es el estado previo a todo lo bueno. Sin paz interior el amor no puede brotar. Solo se puede construir desde la serenidad del alma.

¿Y la más peligrosa? Desconfianza. Es la semilla del miedo y el motor del mal.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Hubo una época en que debatía internamente sobre qué haría en caso de que una persona agrediera a alguien de mi entorno. ¿Mataría si fuera necesario? Afortunadamente conseguí quitarme aquellos pensamientos de mi cabeza. Era más joven.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Las tendencias políticas son simples etiquetas que reducen a lo absurdo el pensamiento en beneficio de los dirigentes. Y esto es así porque estratégicamente lo necesitan para la batalla electoral. No podemos caer en la trampa de enunciar etiquetas a la hora de identificarnos. Mi ideología pasa por anteponer la sociedad al individuo, por garantizar la libertad integral de las personas y la economía es protagonista en este aspecto y por invertir los mejores recursos en la mejor y más honesta educación.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Si todas las personas recibiéramos un sueldo y nos pudiéramos dedicar a lo que quisiéramos, yo sería como Henri Cartier Bresson o Sebastiåo Salgado. No entiendo cómo el ser humano es capaz de lo más difícil y todavía no ha logrado hallar la manera de liberarnos de la necesidad de trabajar cada día de nuestras vidas para poder seguir igual. Quizás sea cuestión de uno mismo.

¿Cuáles son sus vicios principales? Los vicios desempeñan un importante papel en nuestras vidas. Son como las flores, que delatan el fulgor de la planta en primavera. Los vicios delatan fulgores internos a observar. Y si se hacen públicos perderían su esencia. Deben permanecer donde están.

¿Y sus virtudes? Ya sé lo que no quiero. Eso es más de lo que nunca pude imaginar. En cuanto lo averigüé sentí una gran liberación. Soy un hombre bueno, más virtudes no me atrevo a decir.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Imágenes de miembros de la familia. Cada uno representa algo. Seguro que vería caminos entrelazados, papeles que simbolizarían historias sin terminar y ballenas, que son las eternas errantes cargadas de sabiduría y capaces de navegar con serenidad en las aguas más profundas del planeta. Me aporta mucha ternura esa mirada capaz de sostener toneladas de silencios.

T. M.