Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder
salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Madrid capital, no porque sea especialmente
bonito ni agradable, sino por la vida que tiene.
¿Prefiere los animales a la gente? No.
¿Es usted cruel? Seguro que más de lo que yo
me creo.
¿Tiene muchos amigos? No muchos.
O quizá sí. Creo que lo suficientes.
¿Qué cualidades busca en sus amigos? No suelo
buscar ninguna cualidad. La amistad surge por tantas cosas: el trato, la
confianza, la afinidad, la lealtad... incluso por participar en las mismas
barrabasadas.
¿Suelen decepcionarle sus amigos? Claro. Como todo en
la vida: nada ni nadie es perfecto. ¡Quién no ha dado un tropezón! Desde luego,
hay que ser flexible con los amigos y también con uno mismo. Si no, nos
quedaríamos más solos que la una.
¿Es usted una persona sincera? Normalmente,
sí.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo, escribiendo,
hablando, caminando, escuchando música...
¿Qué le da más miedo? Que algo
malo pueda afectarle a algún miembro de mi familia.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice? Noticias de los políticos. De los inversores.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida
creativa, ¿qué habría hecho? No lo sé, siempre he
encontrado mucha satisfacción en las diferentes parcelas de la vida: tanto cuando
me he dedicado a ellas, como cuando he sido receptor de ellas.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Caminar y,
ejem, lo que me permite mi mujer.
¿Sabe cocinar? Sí. Platos sencillos. Soy
mejor pinche que chef.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un
personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Axel
Munthe.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de
esperanza? Juventud.
¿Y la más peligrosa? Libertad.
Por el poco respeto que tenemos a la libertad de los demás, en su más amplio
espectro.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Claro. ¿Y
quién no?
¿Cuáles son sus tendencias políticas? Normalmente
pertenezco a esa gran masa indecisa, de asnos, de opinión cambiante, a la que
se hace referencia en todas las elecciones. He votado siempre, lo considero un
privilegio y una obligación. Espero poder seguir haciéndolo.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Músico.
Tipo los compositores Alberto Iglesias o Alexander Desplat.
¿Cuáles son sus vicios principales? Las buenas
ediciones de los libros (tapa dura, cosidos, buen papel, buen tipo de letra,
buena ilustración de portada). Un buen vino.
¿Y sus virtudes? Ja, ja, ja... Supongo que una
puede ser que suelo ponerme en el lugar de los demás.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Más que
imágenes, un pensamiento: que por fin esto se acaba.
T. M.