domingo, 12 de junio de 2022

Los misterios de un hombre reprimido


De la misma manera que había hecho con Henry James, a través de su novela “The Master”, que la editorial Lumen publicó en 2018, Colm Tóibín (Enniscorthy, 1955) vuelve a repetir esa fórmula con otro autor universal, Thomas Mann (traducción de Antonia Martín Martín). A este lo llamaban los miembros de su familia “el Mago”, tanto por su simpatía como por su carácter misterioso. ¿Qué hacía encerrado en su despacho de nueve a doce de la mañana para que a los seis hijos se les prohibiera interrumpirle bajo ningún concepto?

En realidad, seguir la vida solamente del patriarca podía parecer insuficiente habida cuenta de que su progenie no tiene el menor desperdicio: la escritora y corresponsal de guerra Erika, tan ligada a su hermano Klaus, novelista homosexual y suicida; Golo, que anheló el beneplácito paterno cuando intentaba abrirse camino en el mundo universitario, Monika, que sufrió una viudedad trágica, Elisabeth, casada con un hombre mucho mayor que ella, y Michael, que como violista entró en la Orquesta Sinfónica de San Francisco y también se suicidó. Tóibín sigue la andadura de esta prole y de su patriarca, hombre serio y muy consciente de su talento y capacidad artística, que se había criado en el seno de una familia de comerciantes de Lübeck. De hecho, la narración da comienzo aquí, en 1891, con el que llamaban Tommy y su hermano, el también futuro escritor Heinrich. Por supuesto, como siempre en el autor irlandés, la homosexualidad tiene un componente esencial, muy reprimida en el caso de Mann, que se limita a mirar con deseo a muchachos que le parecen atractivos, como el Aschenbach que observa a Tadzio en “La muerte en Venecia”, ante la resignación de su esposa Katia.

Pero, sobre todo, vemos al intelectual como cabeza de familia y esposo, humanizado pero también con sus sombras egocéntricas, o reflexionando por ejemplo después de ganar el premio Nobel en 1929 y en torno al ascenso de los nazis, que al final lo empujará al exilio en Estados Unidos. Tóibín, así, complementa el trabajo inmenso de Hermann Kurzke, «La vida como obra de arte», la inmejorable biografía sobre Mann, y la excelente investigación que llevó a cabo Tilmann Lahme con “Los Mann. Historia de una familia”, de tal modo que realiza una buena combinación entre lo biográfico y lo imaginativo para transformar en personaje al escritor que, tan petulantemente, dijo una vez: donde esté yo, ahí estará Alemania.

Publicado en La Razón, 4-VI-2022