domingo, 17 de julio de 2022

Entrevista capotiana a Jorge Fonte

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Jorge Fonte.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Lo importante no es el lugar. Lo importante son las personas con las que convives en ese lugar. Por lo tanto, mientras estés acompañado de gente a las que quieres y que te quieren, cualquier lugar es el cielo. Aunque, puestos a elegir… sin pensarlo dos veces me quedaría con El Tamaduste, en la isla de El Hierro. Me llevaría a toda mi gente allí.

¿Prefiere los animales a la gente? Uno estaría tentado en decir que sí… pero estaría mintiendo.

¿Es usted cruel? Por supuesto que no.

¿Tiene muchos amigos? Por supuesto que sí.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Las que yo mismo les aporto: cariño, respeto, confianza, paciencia, comprensión, fidelidad.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Normalmente, no. Por eso son amigos míos.

¿Es usted una persona sincera? Al menos trato de serlo. Aunque no siempre es fácil. Las mentirijillas piadosas también existen (y, a veces, son muy útiles).

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? ¿Quién te ha dicho que tengo tiempo libre? Siempre hay un libro que leer, una película que ver, un sendero por el que pasear, un amigo con el que compartir cervezas y conversación… ¿Quién tiene tiempo libre?

¿Qué le da más miedo? La soledad. Y decepcionar a los míos. Y el dolor, por supuesto.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La intransigencia. Aunque más que escandalizarme, me indigna.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Este es una pregunta muy difícil de contestar. Todas las opciones que se me ocurren son de carácter artístico: cineasta, músico, pintor…

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? No tanto como debiera.

¿Sabe cocinar? Sí, por supuesto. Aprendiendo y mejorando cada día.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? ¿Uno solo? Imposible. Aunque seguramente acabaría eligiendo al hombre que los ha entrevistado a todos: Juan Cruz.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Pues esa misma: ESPERANZA.

¿Y la más peligrosa? Odio.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Por Dios, no.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Las mías propias. Aunque en verdad debería definirme como apolítico de izquierdas.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Una versión mejorada de mí mismo. Muy mejorada.

¿Cuáles son sus vicios principales? Eso deberías preguntárselo a mis amigos.

¿Y sus virtudes? Y eso también.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Caray con la pregunta. Pues no tengo ni idea. La próxima vez que me esté ahogando recuérdame que lo apunte. Pues no sé, la verdad. Supongo que lo tópico: la familia, los amigos, las personas y los lugares que han formado parte de mi vida. A los que me han querido, para darles las gracias. Y a los que he defraudado, para pedirles perdón.

T. M.