martes, 2 de agosto de 2022

Entre la espuma y la arena


Para muchos que emprenden su periodo vacacional y quieran descansar junto a buenos libros, lo ideal sería tener, estar, disponer de Una librería en la playa. Ese es el título que remite a una novela de Brenda Novak, publicada por HarperCollins, de tinte romántico y ligero, y con un punto de suspense. Y es que presenta cómo, dieciocho meses atrás, el marido de Autumn Divac ha desaparecido; entonces, un buen día decide pasar el verano con sus hijos en su pueblo natal, una localidad costera donde se crio y en la que ahora busca la ayuda y consuelo de su madre y de su tía, las cuales regentan una librería. Pero entonces un amor del pasado resurgirá aún con el dilema de ser o no leal al esposo desaparecido en acciones de espionaje ucraniano.

Es un ejemplo de aventura sentimental, unido a la aventura de la acción, y que nos llevaría a otras novelas que también significan un viaje en el tiempo. Toni Gratacós, en Nadie lo sabe (Destino), pone voz al discípulo del cronista más poderoso del imperio de Carlos V en el tiempo de la primera vuelta al mundo, de la expedición Magallanes, con la sospecha de que este oculta asuntos oscuros. Así lo tendrá que aclarar Diego de Soto viajando a Sevilla para recabar datos de las expediciones a ultramar y completar así sus crónicas.

En este mismo plano de narrativa histórica y marítima destaca Balvanera (Edhasa), de Francisco Narla, la historia de “una puta beata, un indio mudo, un fraile descreído y ese hideputa honrado” que intentarán robar el mayor cargamento de la historia de la flora de indias. Todo sucede al otro lado del océano, en el Nuevo Mundo, para un imperio donde no se pone el sol, en un Yucatán de grandes lluvias tropicales. Por su parte, en Sota la mar salada (Rosa dels Vents), Sergi Caparrós nos conduce tanto al cabo de Creus como a la Barcelona de los años veinte, en un ambiente de tráfico de antigüedades a raíz del hallazgo de un misterioso papiro.

De este debutante pasamos al veterano Arturo Pérez-Reverte, que en El italiano (Alfaguara) urde un relato de amor, mar y guerra recreando los años 1942 y 1943, cuando, durante la Segunda Guerra Mundial, buzos de combate italianos atacaron catorce barcos aliados en Gibraltar y la bahía de Algeciras. Así, la protagonista, una joven librera, encuentra una madrugada, mientras está paseando por la playa, a uno de esos buzos, y el hecho de socorrerlo le cambiará la vida.

Y justamente Pérez-Reverte aporta un prólogo al libro de R. M. Ballantine La isla de coral (Zenda/Edhasa), que cuenta cómo un barco naufraga en los arrecifes de una pequeña isla del océano Pacífico, quedando solo tres supervivientes. Esta circunstancia dará pie a diversas peripecias en que se mezclarán la amistad, la traición y la muerte, todo aderezado con tiburones, pingüinos, esqueletos humanos o cavernas submarinas.

Pues bien, de otra isla, pero en clave biográfica, escribió la australiana Charmian Clift, en Cantos de sirena (Gatopardo), donde cuenta que en 1954, ella y su marido, el reportero George Johnston, dejaron la comodidad de su casa de Londres y se trasladaron con sus dos hijos a una recóndita tierra insular griega, Kálimnos, en principio para permanecer un año, si bien se quedarían una década. El lugar se encontraba poblado por pescadores de esponjas y viejas mujeres supersticiosas, todos sumidos en la pobreza, pero también gozando, siquiera inconscientemente, del esplendor de una naturaleza salvaje y bella que dará a la autora mucho juego literario.

Asimismo, podemos desplazarnos a La isla más remota del mundo (RBA), con la valenciana, nacida en 1984, Myriam Imedio, que cuenta las andanzas de una psicóloga muy particular, elegida para participar en un proyecto secreto capaz de revolucionar el análisis de la mente humana. Pero entonces una extraña mujer se suicida delante de ella en un autobús y nada vuelve a ser como antes para la protagonista.

Con todo, si queremos saber de verdad cómo es el Infierno y paraíso de las islas (El Desvelo), acudamos a este libro de Miguel Moreta-Lara, de origen marroquí, que presenta una recopilación de artículos sobre barcos y mares y mujeres luchadoras. Y hablando de ello, detengámonos en la novela El vuelo de la cometa/El vol de l’estel (Salamandra), de Laetitia Colombani, autora superventas que nos muestra una India en que una niña ayuda a salvar a una mujer que estaba a punto de ahogarse en el mar y que había decidido dejarlo todo e irse a pasar una temporada al golfo de Bengala.

Y sigamos con lugares exóticos con A orillas del mar (Salamandra)/A la vora del mar (La Magrana), de Abdulrazak Gurnah. Nos encontramos aquí con un viejo comerciante que escapa de la isla de Zanzíbar, con pasaporte falso. Así las cosas, contactará con alguien de los servicios sociales, un poeta experto en suajili, en una pequeña ciudad junto al mar, lo que destapa una historia de amores y traiciones, desplazamientos y litigios originada mucho tiempo atrás. Una novela que, tras su argumento, contiene grandes observaciones sobre el racismo, el imperialismo y el desconocimiento generalizado de la realidad africana. No en vano, el autor recibió el Premio Nobel de Literatura en 2021, según el jurado, por su «conmovedora descripción de los efectos del colonialismo y la historia de los refugiados en el abismo entre culturas y continentes».

También Rafael Terradas Bultó, en El valle de los arcángeles (Espasa), nos hace pensar en playas paradisiacas cuando nos cuenta lo que le ocurre a un hombre que ha heredado una plantación en el Caribe. Desde la Barcelona de 1864, este personaje, hijo de un barón que vive en un palacio gótico, tras sortear sus iniciales dudas, decidirá cruzar el charco; coincidirá en un clíper con una mujer que ha huido de su entorno –una hermosa criada que ha sido maltratada y que está en la miseria–, y ambos estarán destinados a pisar una tierra constituida por azucareros, donde sucederán una serie de asesinatos en medio de un ambiente esclavista.

Ya en un plano más local, podremos disfrutar de Totes les narracions del Delta (Proa), de Sebastià Juan Arbó (Sant Carles de la Ràpita, 1902-Barcelona, 1984), un volumen a cargo del filólogo Joan Antoni Forcadell que reúne toda su narrativa breve, publicada de forma dispersa en la prensa, sobre el mundo singular y desaparecido que lo vio nacer. Son cuentos donde se evoca la vida de las clases humildes de esta zona de Tarragona, la explotación, la pérdida de la inocencia insertadas en todo un drama humano dentro de un marco esplendoroso.

En este sentido, otro gran conocedor de las tierras que pisa es Xavier Moret, que en Mallorca, obert tot l’any (Pòrtic), nos ofrece una nueva imagen de la isla balear, señalándola como un auténtico paraíso que tenemos muy al alcance, pese a su fama de mero destino turístico. Por supuesto, Mallorca es mucho más: una conjunción de bellos paisajes y ciudades, con montañas y una costa espectacular repleta de olivos centenarios, por no hablar de sus aspectos sociales y culturales, realmente embriagadores.

Y para acabar, una historia para dejarnos helados y combatir el calor asfixiante: Pensar como un iceberg (Gallo Nero), de Olivier Remaud, filósofo cuyo trabajo se ha centrado en las fábulas sociales y las formas de vida del mundo. Los icebergs, dice, son parte de nuestra vida, pese a que los veamos lejanos e inaccesibles; es más, dependemos de ellos e, incluso, constituyen un antídoto contra nuestro narcisismo, afirma, pues al imaginarlos podemos considerarlos como aquello que encierra el tiempo de la Tierra y la memoria de nuestros antepasados.

Y es que estudiar las aguas milenarias que nos circundan explica la evolución del ser humano desde su mismo inicio. Y pocos saben más de tal asunto como Lincoln Paine, que en El mar y la civilización (Machado Libros) recorre la historia del mundo por medio de la perspectiva marítima, hasta abordar el modo en que lenguas y culturas se expandieron a través de las rutas marítimas.

Muy ligado a esto, cabe citar a José Enrique Ruiz-Domènec, quien en El sueño de Ulises. El Mediterráneo, de la guerra de Troya a las pateras (Taurus) estudia el mar que ha sido cuna de encuentro, mitos y batallas, para entender la cultura europea y el drama actual de los que huyen desde África.

Asimismo, conviene recordar todo un clásico de referencia, de 1994, de Alain Corbin, El territorio del vacío. Occidente y la invención de la playa (1750-1840) (Mondadori). Su conclusión fue que las playas no eran un lugar seguro como frontera de la tierra, pero hacia 1750, nacería una nueva visión teológica naturalista, ya no catastrofista.

Y hablando de recuperaciones, volvamos a Ojos de agua (Siruela), del 2006. El pretexto es rendir tributo a Domingo Villar, desaparecido este año. Se trata de un thriller ambientado en el litoral gallego; en una torre residencial un saxofonista ha aparecido asesinado y un inspector de policía tendrá que adentrarse en los clubes de jazz para desvelar el enigma.

También, rememoremos Chesil Beach (Anagrama) de Ian McEwan, con una pareja que pasa su noche de bodas en un hotel junto a una playa. Lo que sucede esa noche hablará de cómo son las relaciones amorosas y sexuales, pero también del trasfondo de una época, los años sesenta, llena de tabúes.

De otro autor igualmente conocido llega una nueva edición de La playa (Altamarea): Cesare Pavese. Cuenta la visita de un hombre que se reencuentra con un viejo amigo, lo cual les llevará a volver a los lugares de su juventud, como las playas de Liguria.

Y para terminar, miremos el horizonte que presenta Toni Iturbe en La playa infinita (Seix Barral), con un protagonista que, tras veinte años en el extranjero, vuelve al barrio donde se crio, La Barceloneta, en que verá cómo sus recuerdos nostálgicos chocan con una realidad, devenida turística.

Publicado en Cultura/s, 2-VII-2022