sábado, 18 de febrero de 2023

Entrevista capotiana a Begoña Méndez

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Begoña Méndez.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Un hotel con piscina cubierta en una ciudad de provincias, siempre que la habitación dispusiera de calentador de agua o de cafetera.

¿Prefiere los animales a la gente? No puedo dar una respuesta taxativa… digamos que prefiero la compañía de mi perra Lily y de mi gata Winona a la de muchas personas.

¿Es usted cruel? No me gusta la crueldad; de hecho, tiendo a la piedad y a la compasión. Por supuesto que  soy capaz de sentir desprecio, pero no suelo practicarlo: el desgaste emocional no vale la pena.

¿Tiene muchos amigos? Apenas.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Sobre todo, que no me juzguen.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Ha habido amigos que me han decepcionado y precisamente por eso tengo tan pocos.

¿Es usted una persona sincera? Sí, creo que sí, aunque a veces no digo todo.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Películas, libros, paseos, sexo, natación, música. Y bailar, me encanta bailar.

¿Qué le da más miedo? Resultar banal. Morir con dolor.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Toda forma de violencia gratuita, las desigualdades de clase.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Creo que lo que ya hago cuando no me dedico a la escritura: enseñar en una escuela.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Nado y camino.

¿Sabe cocinar? Sí, sé cocinar y me gusta hacerlo, pero dispongo de poco tiempo y vivo sola, así que me sustento sin apenas usar los fogones.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Personaje inolvidable vivo: el poeta José Daniel Espejo. Persona inolvidable muerto: mi exsuegro.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Cuerpo.

¿Y la más peligrosa? Cuerpo.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No realmente en serio y todo el tiempo a la raza humana.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Me muevo entre la izquierda y el anarquismo.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Una piedra en una planicie.

¿Cuáles son sus vicios principales? He vuelto a fumar después de siete años, aunque pienso dejarlo hoy mismo. Tatuarme, el vino.

¿Y sus virtudes? La capacidad de trabajo.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? El rostro de los hombres a los que he amado. El rostro de los hombres que me han amado.

T. M.