sábado, 24 de junio de 2023

Entrevista capotiana a Ana Martínez Muñoz

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Ana Martínez Muñoz.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Mi casa, junto a los míos. Es mi lugar favorito del mundo, mi madriguera, mi refugio.

¿Prefiere los animales a la gente? Prefiero los animales a algunas personas. Pero para conversar, siempre es mejor la gente.

¿Es usted cruel? No me considero cruel en absoluto, aunque no sé si soy la más indicada para responder a esta pregunta. Supongo que nadie piensa eso de sí mismo.

¿Tiene muchos amigos? No soy de muchos amigos. Tengo pocos, pero buenos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? No es que vaya buscando ciertas cualidades en mis amigos, pero sí valoro especialmente la comprensión, el respeto, la alegría, la generosidad…

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Como no tengo muchos, estadísticamente es más difícil que lo hagan.

¿Es usted una persona sincera? Creo que la sinceridad está sobrevalorada, sobre todo si es una sinceridad no solicitada. Pero sí, trato de serlo si se me pregunta.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? La actividad es lo de menos, siempre que se haga en buena compañía. La escritura es un acto solitario que se lleva buena parte de mi tiempo libre y el que resta me gusta compartirlo con familia y amigos.

¿Qué le da más miedo? Que hagan daño o les pase algo malo a mis hijos.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La maldad y la crueldad, sobre todo hacia la infancia.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? En realidad me dedico a la informática y escribo en mi tiempo libre. Si volviera atrás, creo que volvería a tomar las mismas decisiones.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Me encanta salir a pasear con mi perro. Y si puede ser por el campo o la montaña, mejor.

¿Sabe cocinar? Eso dicen. Se hace lo que se puede.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A Virginia Woolf.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? En realidad serían dos: Y si… Aunque si tuviera que quedarme con una: Principio.

¿Y la más peligrosa? Fin.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Sí, pero solo sobre el papel.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Aquellas que defienden los derechos humanos, la equidad, el respeto, la igualdad de oportunidades, la diversidad…

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Un gato de casa, bien cuidado. A poder ser, anaranjado.

¿Cuáles son sus vicios principales? Los confesables, el café y la lectura. Los inconfesables los dejamos para otro día.

¿Y sus virtudes? La perseverancia.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Pensaría en mi familia, en mis hijos. Y quizá estos pensamientos me darían fuerzas para nadar hasta la orilla.

T. M.