jueves, 26 de octubre de 2023

Álvaro Mutis: El marinero del fracaso

«Los premios no hacen los libros, son éstos los que hacen los premios», dijo Álvaro Mutis –muerto en México el 22 de septiembre de 2013, a los noventa años–, reflexionando sobre el Nobel concedido a Octavio Paz, en uno de los artículos de su libro “De lecturas y algo de mundo" (2000). Esta cita sobre un premio, que parece obvia, no lo es tanto en un ambiente literario que confunde con facilidad mercadotecnia con arte. Y es que se diría que Mutis no fundió esas dos cosas, él, “culto y esquivo”, como le señala el antropólogo Francesco Varanini. Había nacido en Bogotá, el 25 de agosto de 1923, y su muerte despertó condolencias como la del mexicano Jorge Volpi, que tuiteó: “Lamento la muerte del entrañable, irónico y sutil Álvaro Mutis, uno de nuestros grandes narradores”; por su parte, la agente literaria Carmen Balcells lanzó una sentida frase: “Ningún poeta se muere, cambia de vida”, sobre el escritor que para ella fue un “auténtico festín de la palabra”.

Empleado de relaciones públicas de la petrolera Esso, publicó hace unos setenta años “Los elementos del desastre” e inventó al personaje que le acompañara desde 1953, Maqroll el Gaviero, su fracasado héroe, contrabandista y por momentos filósofo. Mutis concibió su labor literaria compaginándola con empleos en agencias de publicidad o como representante de la 20th Century Fox. De hecho, para el estudioso José Miguel Oviedo, a lo largo de buena parte de su andadura, fue un escritor marginado; sin embargo, su calidad se impuso a los ojos de la crítica, que vio reflejado en él «el espíritu “postmoderno” de nuestra época» al tratar la existencia como un recorrido invadido por la pérdida y la derrota. A veces esto lo ejemplificó con un húsar del tiempo napoleónico –la admiración por el almirante francés la heredó de su padre, un diplomático radicado en Bruselas durante la infancia de su hijo que murió prematuramente–, pero, sobre todo, por el mencionado navegante que alterna versos y prosas.

Premios y cárcel

La voz de Maqroll, en efecto, define el tono lírico de Mutis, su mirada al mar y a la lucha inútil del hombre, su baldío camino hacia la muerte. Mediante viejos recursos –el manuscrito perdido y encontrado, textos fragmentarios, mensajes anónimos– se desplaza su natural alternancia estilística: por ejemplo, en la compilación poética “Summa de Maqroll el Gaviero (Poesía 1948-1970)” (1973 y 1992), y en su prosa a través del título general de “Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero”. Asimismo, cabe mencionar su trilogía formada por “La nieve del Almirante” (1986), “Ilona llega con la lluvia” (1988) y “Un bel morir” (1989). Asimismo, en “El diario de Maqroll”, nos habla de la desventura de vivir, una versión ampliada de lo que su alter ego poético sintetiza en “Caravansary” (1981): «Ninguno de nuestros sueños, ni la más tenebrosa de nuestras pesadillas, es superior a la suma total de fracasos que componen nuestro destino».

Acaso Mutis encontrara un refugio de ese fracaso en su particular edén: la finca de café y caña de azúcar fundada por su abuelo en Coello, en la Cordillera Central Andina. La memoria de la exuberancia de esa tierra verdea una obra que tuvo su cenit en el año 2001, cuando recibió el Cervantes, su vigésimo premio, como otro también en su amada España (fue Hijo Adoptivo de la Provincia de Cádiz por la Diputación en 2001; era tataranieto de un gaditano), donde cuatro años antes había obtenido el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Sin embargo, su vida también tuvo sombras: la cárcel en la que estuvo recluido quince meses, tras ser detenido por la Interpol por gastar inapropiadamente algunos dineros de la Esso destinados a la caridad.

Ahora, para conmemorar las fechas de su nacimiento y muerte, se publica “Nocturna” (Libros del Kultrum y Zalipoli), una compilación de sus poemas «nocturnos», con edición de Gonzalo García Barcha y el complemento de Mateo García Elizondo. Este explica que aquí puede conocerse una labor poética que fue descrita por Paz como «una alianza de esplendor verbal y decadencia de la materia». Y añade: «Por encima de todo, nos trae la visión de un hombre que hizo de su literatura un consuelo para las noches solitarias de los que se saben de paso en el mundo».

Estos poemas no son la única recuperación de la obra de Mutis, puesto que la editorial Lumen incorpora a su catálogo “Summa de Maqroll el Gaviero”, toda su obra poética. Por otra parte, Alfaguara reedita dos volúmenes de “Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero”, que incluyen las siete novelas del personaje, surgida de la imaginación de un autor del que dijo su amigo Gabriel García Márquez: «Su obra, su vida misma, son las de un vidente que sabe a ciencia cierta que nunca volveremos a encontrar el paraíso perdido. Maqroll no es solo él [...]. Maqroll somos todos».

Publicado en La Razón (pág. 42), 13-X-2023