sábado, 7 de octubre de 2023

Entrevista capotiana a Joaquín Ferry

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Joaquín Ferry.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? El campo, el bosque, la naturaleza.

¿Prefiere los animales a la gente? No podemos generalizar con las cualidades o defectos de la gente ni de los animales. Yo prefiero a las buenas personas y a los buenos animales.

¿Es usted cruel? De ningún modo, eso sería de muy mal gusto.

¿Tiene muchos amigos? Tengo más amigas que amigos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Las mismas que busco en mis amigas.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Hasta este momento no he tenido esa mala experiencia.

¿Es usted una persona sincera? Procuro serlo, aunque la sinceridad no sea el principal valor del ser humano.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? En el campo, en contacto directo con la naturaleza. Leyendo, acudiendo al cine, paseando, visitando exposiciones de arte y asistiendo a conferencias.

¿Qué le da más miedo? Depender de otras personas por culpa de una enfermedad.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Nunca me he parado a pensarlo.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Durante unos años ejercí como redactor publicitario, actividad que combiné con la redacción periodística. No parecen oficios muy creativos, pero ambos me proporcionaron la base necesaria para dar el salto a la narrativa.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Camino por el campo, y en la ciudad emprendo largos trayectos urbanos.

¿Sabe cocinar? No, pero siempre confío en personas cercanas que se brindan a ello.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A una mujer destacable, que haya sido determinante para la Historia.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Por suerte, no sabría escoger una sola de tantas como existen.

¿Y la más peligrosa? Intransigencia.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Por fortuna, nunca he sido enfrentado a semejante situación.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? No estoy tan informado sobre dicha temática como para tener tendencias.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Ejercer cualquier actividad creativa, como la cinematografía o el arte.

¿Cuáles son sus vicios principales? No poseo vicios principales, ni siquiera secundarios.

¿Y sus virtudes? La capacidad de sintetizar el mensaje y transmitirlo de modo sencillo.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? En un momento extremo, de supervivencia, la mente racional e imaginativa desconecta para dar todo el dominio a la parte reactiva del cerebro. El cuerpo toma el control para salvarse y la mente prescinde de imágenes o recuerdos.

T. M.