domingo, 3 de marzo de 2024

Entrevista capotiana a Quinny Martínez Hernández

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Quinny Martínez Hernández.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? La casa donde nací.

¿Prefiere los animales a la gente? Prefiero a los animales racionales: la gente.

¿Es usted cruel? En algún momento de mi vida he tenido actitudes complejas frente a mis pares, pero, no me veo sintiendo placer haciendo daño y espero no llegar allí.

¿Tiene muchos amigos? Pocos amigos y muchos conocidos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Sobre todo lealtad con ellos mismos. No quiero tener relaciones estrechas con personas que no se reconocen en su individualidad.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? No. Entiendo que las relaciones estrechas no pueden ser horizontales. Si se acaba o hay inconvenientes asumo mi ración de tristeza o alivio.

¿Es usted una persona sincera? Quisiera decir que lo soy, pero no. Lo intento, pero no siempre lo logro, ya sea por omisión, exceso o interés.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Cuando verdaderamente no tengo nada agendado me gusta hacer nada. Tumbarme en el sofá, ver la tele, chismear memes y dormir.

¿Qué le da más miedo? La muerte de mi madre y morirme sin haber recuperado el tiempo perdido con mi hija. Migrar me ha separado durante muchos años de las dos y no he logrado volver para estar cerca como lo desea mi corazón.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Que a la sociedad de la que hago parte cada vez le parezca más normal la guerra y la violencia en las calles. 

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Recepcionista en un hotel del Caribe.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Me gustan las caminatas largas, es el único ejercicio que practico.

¿Sabe cocinar? Como mujer caribeña criada por muchas mujeres amo cocinar. Hacerlo para mucha gente me pone contenta. La cocina no solo es creativa, es relajante, al menos para mí.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? No lo sé. Esa es una cuestión a la que tendría que dedicarle mucho tiempo. No es fácil elegir así no más.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? En inglés caribeño, mi lengua materna: Huom.

¿Y la más peligrosa? En inglés caribeño, mi lengua materna: Pien.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Sí, a mi padre. Era maltratador sin compasión.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Soy de izquierdas, con matices, pero de izquierdas.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Cirujana.

¿Cuáles son sus vicios principales? Comprar libros para acumularnos en una estantería y levantarme por las madrugadas a comer galletas con un vaso de leche fría.

¿Y sus virtudes? Soy generosa y bastante agradecida con quienes me rodean.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? En ese momento mi energía estaría puesta en no ahogarme.

T. M.