jueves, 24 de abril de 2025

Entrevista capotiana a Roberto Vaquero


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Roberto Vaquero.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Madrid, es mi ciudad y me costaría mucho tener que volver a abandonarla. Me gustaría morir y que me enterraran aquí.

¿Prefiere los animales a la gente? No, prefiero a las personas. Hay algunas bastante indeseables, pero rodeándote de las personas adecuadas nunca me quedaría con una mascota.

¿Es usted cruel? Menos de lo que debería con el mundo que me ha tocado vivir.

¿Tiene muchos amigos? No sé si muchos, pero los que tengo son buenos. Lo que sí puedo decir es que no me es posible contarlos con los dedos de una mano, ni con dos, lo cual es mucho teniendo en cuenta cómo está nuestra sociedad.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Principalmente lealtad. Es difícil encontrar a gente sincera, leal y que te aporte como persona. La gente a veces confunde amistad con salir a divertirte con alguien, el sentimiento de amistad es algo mucho más complejo.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? No, la verdad es que no. Al igual que tampoco suelo hacerlo yo a ellos.

¿Es usted una persona sincera? Sí, creo que sí. Soy una persona de honor.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo, especialmente ciencia ficción; escribiendo; yendo a librerías, de primera y de segunda mano; entrenando, pesas y boxeo; haciendo visitas a museos, monumentos, castillos y exposiciones; acudiendo al cine, soy un gran cinéfilo, y pasando tiempo con mis mejores amigos y con mi novia. Creo que he hecho un resumen bastante concreto.

¿Qué le da más miedo? Lo que más miedo me da es la España que estamos dejando a las nuevas generaciones. Este es el motivo por el que empecé a escribir ficción política y contemporánea. Me quita el sueño lo que estamos viviendo en nuestro país y que casi nadie haga nada.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La clase política de España y su baja moral, la propagación del islamismo y la desaparición de nuestra cultura.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Me dedicaría en exclusiva a algo que ya hago: intentar cambiar las cosas. En lo laboral, seguramente me dedicaría a la seguridad privada o montaría un gimnasio.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Sí, pesas y boxeo. Antes competía en kick-boxing. Ahora tengo más responsabilidades y menos tiempo. Echo de menos la época en la que podía entrenar mañana y tarde, ahora me es imposible.

¿Sabe cocinar? No soy un chef, pero llevo viviendo solo desde los 19 años, tuve que aprender por supervivencia.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Tengo dos personajes históricos que competirían para ser los protagonistas de ese artículo: Alfonso VIII y Antonio García Quejido.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Remigración.

¿Y la más peligrosa? Derechos humanos. No los reales, sino los impostados que se usan como arma arrojadiza en pro de la consecución de intereses espurios y egoístas.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? No encajo con facilidad en ninguna etiqueta. Pero si tengo que decir una que contribuya a la clarificación y sea fácil de entender por la gente diría que patriota revolucionario y marxista, aunque entendiendo esta última como algo creativo y como una guía para el análisis, la interpretación y la transformación de la sociedad, no como un dogma religioso muerto e inútil. Muchas veces digo que lo soy a mi manera, pues yo no sigo dogmas ni packs ideológicos de nadie. Soy una persona intelectualmente bastante original y libre.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Muchas veces he pensado hacer guiones, creo que encajaría bastante con la profesión.

¿Cuáles son sus vicios principales? No soy una persona viciosa y siempre trabajo buscando la rectitud. Vicios no tengo, pero defectos sí tengo muchos, muchísimos. Tengo un carácter fuerte, soy muy autoexigente y perfeccionista y eso hace que disfrutes menos de las cosas. A veces sobrepienso demasiado las cosas y me suele costar delegar. Puede que haya gente que piense que esto no son defectos, pero lo son, y mucho. He trabajado mucho por mitigarlos y seguiré haciéndolo.

¿Y sus virtudes? Creo que mi mayor virtud es la fuerza de voluntad y mi cultura del trabajo y del esfuerzo. Son los dos elementos que más me han impulsado en mi vida.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Pensaría en mi mujer, Sandra. Es la luz de mi vida, es mi alfa y mi omega.

T. M.