sábado, 22 de noviembre de 2025

Entrevista capotiana a Susana Szwarc

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Susana Szwarc.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Una ventana.

¿Prefiere los animales a la gente? No prefiero a  los animales.

¿Es usted cruel? En este momento histórico, donde la mayoría prefiere, elige enfocarse en la crueldad, preferiría no serlo. Tampoco que mi escritura se base en ella.

¿Tiene muchos amigos? Me encanta la creación amorosa que se da con las amistades. Tengo amigos y amigas.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que se jueguen por lo que les importa, es decir que haya una ética del deseo. Que miren el mundo desde y con cierto modo para que exista un código en común.  Pienso, ante esta pregunta: ¿podría haber sido amiga de Truman Capote?

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Dado lo que escribí sobre sus cualidades, casi nunca.

¿Es usted una persona sincera? Sincera viene del latín, implica ser pura, limpia. También viene de  “sin-cera” para hablar de la miel. Sincera, ¿sería entonces una persona limpia y a la vez de tan dulce, empalagosa? Lo que sería un oxímoron. Si ser sincera significa no mentir, no sabría responder; es que quien no miente, no inventa, y no puede ser creativo.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Conversando con las personas que quiero.

¿Qué le da más miedo? Dicen que el miedo no es tonto. Me da miedo que mi miedo sea tonto y no me permita cuidarme y cuidar a otros.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Sigue escandalizándome la crueldad ejercida de unos sobre otros. La práctica del bullying de unos niños/as sobre otros/as. El abuso de poder en cualquier instancia, por ejemplo en un cargo directivo o en los presidentes. Que un supuesto humano sea capaz de torturar a otro. Esas cosas no dejan de escandalizarme en el sentido, de interrogarme sobre la condición humana, de asombrarme porque me resultan incomprensibles.  

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Me dedicaría a aprender los nombres de los árboles y de los pájaros. Y contárselos a mis amistades.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Escribir, creo que se practica ejercicio físico dentro de la escritura misma y que es inevitable. Por ejemplo, Marguerite Duras decía que el escritor es un atleta. Es que mientras se escribe, todo el cuerpo está en acción.

¿Sabe cocinar? En la actualidad me especializo en huevos duros, huevos pasados por agua y hasta huevos fritos.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Elegiría a Octorina Zamora, mujer wichi, como se nombraba ella. Tuve la suerte de conocerla, de conversar y tomar mate, de acompañarla en sus marchas las veces que estuvo en Buenos Aires, lugar donde resido actualmente,  porque ella era de un pueblo de Salta, una provincia argentina. Era del pueblo La Embarcación. Y ha venido a decirle No a la deforestación, terrible en esa zona de Argentina, con otros compañeros del lugar. Pero su lucha no era solo en defensa de los indígenas sino también de los criollos, porque la deforestación lastima a un montón de personas que vive en esas zonas y trabaja y se alimenta de esas tierras. Tierras destruidas por los insaciables y mediocres que detentan el poder. Octorina fue una referencia insoslayable a la hora de hablar de la situación de los pueblos indígenas y de las luchas contra la violencia hacia las mujeres. Nos enteramos que falleció por las palabras de una de sus hijas, médica (que pudo estudiar, así como otros y otras, porque no es fácil llegar a la Universidad para los indígenas, gracias a la lucha de Octorina) y que dijo: “Octorina i leiyejh hohnat (Octorina partió de este mundo/dejó la tierra/falleció)”. Pero hasta que salga mi nota en el Reader’s Digest, pueden buscar material sobre ella en:   https://agenciapresentes.org/2022/06/01/las-luchas-de-octorina-zamora-mujer-wichi/          

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Alegría.

Y la más peligrosa? Rencor.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Creo que me funcionó bien el “no matarás” y no me surge, por suerte, ese deseo.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Es muy difícil usar ciertas palabras ahora que fueron heridas y tomaron un sentido para lo cruel, para humillar, hambrear al prójimo, al próximo, al cercano. Entonces, voy a recortar versos sueltos de dos poemas distintos de El Libro (no) de los Salmos y usarlos, de algún modo, fuera de su contexto. Unos versos dicen: Lo que hay en la bolsa, sobra/que su alimento alcance para todos. Y los otros versos; Que las asadoras de castañas /no mueran cada vez. Releyendo el libro de poesía, Harina en vuelo de la poeta An Lu, encontré el poema Bandada y dice: Juntos podemos/a la hora de/ la siesta/tomar la tierra. Es que suponer que la tierra es de unos pocos es un escándalo (naturalizado).

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Jardinera.

¿Cuáles son sus vicios principales? Larga la lista: me gusta mucho el ocio; dormirme muy tarde; hablar por el teléfono con mis amistades; tomar insaciablemente mate; olvidarme que existe el dinero; mentir por tonterías, por ejemplo decir que estoy en un café cuando estoy en casa o viceversa, reír mucho y compartir, también, la risa.

¿Y sus virtudes? Igual de larga la lista: me gusta mucho el ocio; dormirme muy tarde; hablar por el teléfono con mis amistades; tomar insaciablemente mate; olvidarme que existe el dinero; mentir por tonterías, por ejemplo, decir que estoy en un café cuando estoy en casa o viceversa, reír mucho y compartir, también, la risa.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? La imagen de alguien gritando me ahogo, me ahogo. La otra imagen es de otro alguien que, desde la costa grita, desahógate. Entonces, la imagen de alguien muerto de risa.

T. M.