sábado, 5 de abril de 2025

Una nueva etapa para la revista "Qué Leer"

                     

Tengo la inmensa satisfacción de ver, bajo mi dirección, cómo ha quedado de espléndida la revista de abril de Qué Leer, renovada por completo; lo explico en el editorial, del que reproduzco algunos extractos a continuación:

Qué leer. Este es el quid de la cuestión, entre el trillón de libros de los que disponemos. A eso responde Qué Leer: a ofrecer una selección comentada de todo tipo de géneros librescos, de manera muy renovada ahora, con este número de abril que aspira a promover una nueva mirada a la hora de abordar la lectura. (...) A veces, con ese lenguaje, el trabajo racional y la intuición artística, logramos elaborar una obra que pueda entrar dignamente en la tradición literaria, lo cual es el mayor triunfo de cualquier autor. En este sentido, Qué Leer constituye un escaparate, una biblioteca, una estantería donde encontrar libros de toda condición, para que al lector le asalten ideas y conocimientos, o sacie algún pedazo de su curiosidad. Para tal cosa, tengo la satisfacción de haberme rodeado de una multitud de colaboradores que irán teniendo una presencia constante cada mes, a través de una serie de secciones fijas que proponen un asunto concreto, así como otros que participarán de forma puntual a través de reseñas o entrevistas. Vendrán, además, más firmas, y otras secciones novedosas, todo ello acompañado desde ya de un diseño nuevo. (...) un Qué Leer lleno de propuestas lectoras y autores valiosos que nos hablen de ellas. Porque tal cosa es lo que quisiera que caracterizara nuestra revista: dar voz a todos los que tengan a bien integrarse en nuestro proyecto, de ahí los apartados dedicados a la «Voz autoral» o «Voz editorial», más aquellos dedicados a degustar, a modo de cata, algún pedazo de un libro interesante, o a conocer hechos históricos resultado de algún trabajo investigativo. Asimismo, «Hoy» y «Ayer», junto al «Protagonista» mensual, formarán la médula de lo que la actualidad nos proporciona, ya sea la del instante presente como la que rescatamos de tiempos pretéritos. ¿Que qué leer? Qué Leer, espero, tiene la respuesta.

viernes, 4 de abril de 2025

Entrevista capotiana a Nieves Milagros Martín García

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Nieves Milagros Martín García.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Una casa de piedra con tierra fértil y agua en las inmediaciones, en la falda de un cerro o monte con buenas vistas al horizonte a todos los puntos cardinales, en la comarca de Alcaraz y Campo de Montiel, en Albacete.

¿Prefiere los animales a la gente? Los animales ganarían si no fuese madre, gracias a eso mantengo mi fe en el alma humana.

¿Es usted cruel? Creo que no, seguramente he tenido algún comportamiento cruel en alguno instante de mi vida. La razón es simple. Soy humana.

¿Tiene muchos amigos? Amigos no se pueden tener muchos, por cuestiones intrínsecas al propio ser humano.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Supongo que compresión, respeto, espíritu crítico, cordialidad, naturalidad…

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Los pocos que tengo, siguen siéndolo por mi parte. Puedo decepcionarme en un punto inmediato, pero en realidad el que se decepciona es el ego, y ese es solo una parte de mí. Si pides compresión, has de estar dispuesto a darla antes de recibirla.

¿Es usted una persona sincera? Lo intento… a veces da miedo, pero sigo considerando que merece la pena trabajar por conseguir ser una persona sincera y honesta.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo, escribiendo, paseando con mi perro, viendo dormir a mis hijos, cogiendo setas, cardos para conserva, estando con mi familia…

¿Qué le da más miedo? Menuda pregunta. No es una cosa, son muchas… Lo que me da más miedo es vivir más que mis hijos; tengo miedo a la senilidad, que se borre mi memoria y seguir viviendo en un cuerpo que no sabe quién es. Y sin embargo, ya no me da miedo morir de vieja, pero irme antes siempre que mis hijos.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La mediocridad consciente. La falta de voluntad de mejora, que no de perfección. Es algo que me remueve en los cimientos, que me escandaliza y me indigna.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? No lo había pensado.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Sí, he practicado mucho. Pero no he sido constante en el tiempo. Y debo volver a ello, porque lo necesito, pero cierto es que si no lo practico en la naturaleza, me acaba aburriendo.

¿Sabe cocinar? Sí, y se me da bien, pero me aburre seguir de continuo la receta.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Pascual Duarte, de Cela, Dulcinea, del Quijot, al agricultor muerto protagonista primero de A sangre Fría; hay muchos…

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Dios.

¿Y la más peligrosa? Dios, e Ideología ha hecho mucho daño… pero no podría elegir una sola.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Sí, y lo peor es que me imaginado situaciones donde mato. Las guardo mentalmente para recurrir a ellas en mi obra.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Las que favorezcan a mi patria y a los seres humanos en el mundo por encima de tendencias políticas. Las ideologías son mentira.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Profesora. Ahora ya me ha dado tiempo de pensarlo…

¿Cuáles son sus vicios principales? La comida, aún intento salir de la bulimia, tras casi 30 años. Luego, supongo que el orgullo disimulado, me estoy quitando también de la dopamina del querer llevar razón.

¿Y sus virtudes? La coherencia, supongo, al menos en parte; el trabajo y la constancia, no suena muy literario sin embargo le son imprescindibles a un escritor.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Alguna relacionada con mis hijos, y alguna de lucha en mi vida, que me diese fuerzas para seguir luchando por evitar ahogarme hasta el último aliento.

T. M.

miércoles, 2 de abril de 2025

Un artículo viajero sobre Bath en "El País"

         

El pasado 12 de marzo aparecía en la web del diario El País, dentro del suplemento El Viajero, mi artículo "Bath, el lugar para hablar de Urano, Mary Shelley y Jane Austen", sobre esta ciudad cercana a Londres llena de historia arqueológica, que cuenta con un hotel Marriott y museos de arte y de escritoras.

martes, 1 de abril de 2025

Entrevista capotiana a Jesús Cárdenas

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Jesús Cárdenas.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Al centro de los míos.

¿Prefiere los animales a la gente? Me quedo con la fidelidad y la intuición de los gatos.

¿Es usted cruel? He sido muchas veces cruel con mi cuerpo, dándole lo que no se debe. Fumo unos cigarrillos desde los diecisiete y bebo los fines de semana cerveza, vino y un vasito de whisky. Con la comida, me contengo con las cantidades y las grasas; huyo de lo “light” y de las etiquetas que pongan “Sin”.

¿Tiene muchos amigos? Sé que cuento con unos buenos amigos con los que puedo contar siempre.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Correspondencia. No que sean como uno, sino que se iguale. Paso de esas mierdas de que hay que poner la otra mejilla, o de que hay que comprender, por esa regla de tres quién te comprende.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? No, mucho, suelo tener varias capas. Estoy curado de espanto.

¿Es usted una persona sincera? En los sentimientos, siempre. En ámbitos laborales, finjo cercanía.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Trato de sacar más tiempo para la lectura, el análisis y la escritura creativa y para escuchar música, y para pasar con mi amor y mi hija.

¿Qué le da más miedo? No poder despertar, quedarme solo o perder la cabeza.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Me escandaliza la gente poco profesional que publica y comparte vídeos sin tener idea alguna. En general, me escandaliza que cada vez sea más difícil encontrar profesionales en cualquier ámbito. Es peligroso y me escandaliza que el sistema educativo actual haya eliminado el sentido crítico de los jodidos criterios de evaluación. Y sobre todo, la ignorancia supina.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Tal vez, me hubiese hecho daño. El mundo es demasiado hostil. La justicia está reservada para unos cuantos.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? He jugado al baloncesto, practicado natación, etc., pero ahora me aburre. Pienso que está sobrevalorado. Me decanto por el ejercicio mental, y que la electricidad no deje de correr entre las ideas y el lenguaje. Eso sí: siempre que puedo voy andando a todos lados.

¿Sabe cocinar? Por mucho que resulte típico, con tiempo, sí. Cuando tengo invitados en casa me gusta preparar arroz caldoso o cus-cus con verdura, tortilla de patatas con cebolla y tarta de queso. Como se ve, sota, caballo y rey.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? El bandolero José María Hinojosa, alías “El Tempranillo”.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Solo soy especialista en lengua española; en inglés y en francés, lo básico. En nuestra lengua, me quedo con la palabra “amor”. Con ella se combate el desaliento.

¿Y la más peligrosa? Difícil elección, me quedo con un doblete “guerra-idiotez”. La guerra no se hace si uno de los dos bandos muestra su idiotez.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Últimamente, a menudo. Desde que me levanto, alguien jode el silencio; a lo largo del día, muchos estropean el día y buscan conflictos. Al final de la jornada, mataría a los que no dejan de dormir. Espera, hay más. Mataría al que hace obras un domingo a las tres de la tarde. Mataría al que cruza el turismo cogiendo dos aparcamientos. Mataría a los pesados que llaman por teléfono a deshoras. Mataría a los que hacen ruido comiendo. Mataría a los que se piensan que saben de algo y no han visto un libro ni por el forro. Mataría a los que no se detienen en los pasos de peatones. Mataría a los que no cuidan de los animales que tienen a su cargo. Mataría a los padres y a las madres que no se les ve el pelo en las citas de tutoría. Mataría a los gestores de los ritmos latinos. Mataría a los que insultan gratuitamente. Mataría a todos los que se aprovechan de otros más débiles. Con esos, pienso haría mil maldades.  

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Me considero apolítico, aunque con inclinación a lo que signifique la defensa y la dignificación de lo público. En algún poema, he dado cuenta de la conciencia en contra de la gente abusona y cabrona, adinerada, insolidaria.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Un cantante de rock.

¿Cuáles son sus vicios principales? Son tantos, que a ver si no se me olvida uno de los principales. Tomar más líquido de la cuenta. Leer un poema y querer analizarlo. Dudar de lo reescrito. No dejar pasar lo tóxico de la gente. Además, soy demasiado exigente conmigo.

¿Y sus virtudes? Coraje de seguir adelante aunque tuviese una puta infancia. Voluntad de no desviarme del camino recto aunque faltase el pilar materno con apenas iniciada la treintena. No dar por perdido un verso, rescatarlo y echarlo a la lona a pelear con el exterior. Ser honesto conmigo mismo con lo que hago.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? No me hace falta imaginarlo, lo he sentido en más de una ocasión. Me ha pasado por la cabeza en alguna ocasión quitarme de en medio, devorarme a mí mismo. También, la típica, donde se abre la tierra y caes en una gran zanja, y después te ves en una caja de pino. Se me viene la imagen de la tierra porque soy de interior.

T. M.

jueves, 27 de marzo de 2025

Publicación de "El amor por la muerte en la cultura germana. De Goethe a Günter Grass y del antisemitismo al Muro de Berlín"


Qué espléndido ha quedado este nuevo libro mío, ya a la venta, gracias a El Desvelo Ediciones: El amor por la muerte en la cultura germana. De Goethe a Günter Grass y del antisemitismo al Muro de Berlín

En el enlace del título se puede acceder a la imagen de cubierta, a la ficha con el contacto de prensa y demás datos, y a un extracto del contenido: el inicio de la introducción. A continuación, reproduzco el texto de contracubierta.

¿De dónde procede la querencia de los literatos alemanes por el morir? ¿Esa deleitación morbosa es algo propio de singularidades o impregna toda la cultura germana? Toni Montesinos responde a estas preguntas con una extensa relación de autores, vidas y obras que, abrumadoramente, ponen de relieve cómo la muerte preside la lengua alemana y ha marcado el devenir histórico de sus tierras. De este modo, el autor hace alarde de su maestría investigadora para ofrecer una historia de las letras alemanas, desde el siglo XVIII hasta el XXI, en que cuestiona a muchos de sus protagonistas, desmitificando biografías y libros, al tiempo que lleva al lector a ese imán social hacia el suicidio o el afán mortuorio en forma de guerras o exterminio de seres humanos. Y es que, como escribió George Clemenceau: «En la naturaleza de los hombres está el amar la vida. Alemania no practica este culto. En el alma alemana, en el arte, la filosofía y la literatura de este pueblo no se comprende lo que es verdaderamente la vida, lo que constituye su magia y su grandeza. Y hay en él una atracción morbosa y satánica por la muerte. Este pueblo ama la muerte».

PVP: 25,50 €
ISBN: 978-84-12950-94-6
Páginas: 496
Tamaño: 13,50 x 21 cm
Encuadernación: rústica con solapas
Publicación: 28/03/2025

miércoles, 26 de marzo de 2025

Entrevista capotiana a Francine Zapater

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Francine Zapater.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Bàgneres-de-Luchon, en el sur de Francia. Mi lugar favorito en el mundo, a orillas del rio Garona, rodeada de montañas, lagos, crêpes y cabinas de teléfono antiguas donde intercambiar libros gratis. 

¿Prefiere los animales a la gente? No sé si es una cuestión de preferencia, pero me siento más cómoda acariciando a un perro que entablando una conversación con otra persona. Aunque lo disimulo bastante bien.

¿Es usted cruel? Más bien sarcástica, pero intento controlarlo porque luego me arrepiento. No me gusta hacer daño gratuito a nadie, así que suelo usar el humor para encubrir alguna que otra puñalada cargada de sarcasmo. En el plano literario sí que soy muy cruel. A veces me sorprendo a mí misma de las maldades que invento sobre el papel.

¿Tiene muchos amigos? No. Soy una antisocial extrovertida. Un concepto extraño, lo sé, pero me define bastante bien y limita mis amistades. Me relaciono alegremente con todo el mundo, aunque con muy poca gente comparto mi tiempo y mi vida. Los amigos que tengo puedo contarlos con una sola mano y me sobran dedos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? No soy buena buscando cualidades. En ocasiones he conocido a personas que no he soportado en un primer contacto y después han acabado siendo imprescindibles en mi vida. Al revés también me ha pasado. Conectar con alguien de una forma brutal y acabar en agua de borrajas.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Una vez, hace muchos años, hubo una persona que consideraba amiga, de esas que tanto me cuesta tener en mi vida, que me decepcionó. Pero como de todo se aprende, desde entonces no le pongo el letrero de amigo a cualquiera ni tengo altas expectativas en aquellos que logran ganarse ese título.

¿Es usted una persona sincera? Me gustaría decir que sí, pero miento más veces de las que voy a reconocer. Muchas otras me muerdo la legua para evitar conflictos o bien recurro al humor para enmascarar una verdad. Es posible que la sinceridad no sea tan buena como la pintan. A veces bajo esa supuesta cualidad podemos ser muy crueles con los demás.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Como buena escritora leer es una de mis aficiones favoritas, pero no la única. Me encanta ir de excursión a la montaña, jugar al Cluedo o al Monopoli con mis hijos, tomar una cerveza bien fría con mi pareja sin mirar el reloj o grabar videos de humor para TikTok.

¿Qué le da más miedo? El fracaso y la falta de control, en cualquier aspecto de mi vida. Me aterra que las cosas no salgan como yo las tengo planeadas. Es algo en lo que estoy trabajando porque siento que limita mis posibilidades. Me encantaría ser capaz de soltar y dejar que la vida me sorprenda, pero me cuesta porque tengo miedo a que eso desemboque en fracaso.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Me escandaliza la facilidad para hacer juicios ajenos que tenemos todos los seres humanos y esa obsesión insana por imponer nuestra verdad al resto como la única posible y aceptable.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Tener una pequeña librería donde montar pequeños clubs de lectura de cuatro o cinco personas e invitar a escritores y vender sus obras como si fueran propias. De hecho, es un futuro que no lo descarto.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Una cosa que llaman “caco” y que yo no tenía ni idea de que alguien le había puesto un nombre. Lo que viene a ser caminar y correr. Cuando me canso de correr, me pongo a caminar y vuelta a empezar. Por lo visto los que paramos para recuperar el aliento sin hacer kilómetros corriendo del tirón, estamos en esa categoría.

¿Sabe cocinar? Sí, y me encanta. Hasta me atrevo a cocinar recetas búlgaras para la alegría de mi marido que es de ese país. Aunque mi plato fuerte es el arroz meloso con rovellons y pollo. Una fantasía para el paladar.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? ¡Qué difícil elegir! Aunque a día de hoy escribiría sobre Pere Gil i Estalella. Un jesuita y calificador de la Santa Inquisición, que hizo uso de su cargo para defender a las mujeres que acusaban de brujería en el siglo XVII. Su historia me impactó cuando me documentaba para mi novela, y su coraje para enfrentarse a otros religiosos y defender su postura, también. Otro tema es que a esa revista le interesase la vida de este buen señor.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Comprensión. Si conseguimos aceptar al otro, comprenderlo, sin querer cambiarlo, el mundo será un lugar mejor.

¿Y la más peligrosa? Razón. Todo el mundo quiere tenerla. Nadie está dispuesto a perderla y ha arrastrado a la humanidad a una infinidad de desgracias.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Solo en la ficción. Por fortuna nunca me he encontrado en una situación tan extrema como las que le provoco yo a mis personajes. En la vida real con alejar a las personas tóxicas de mi vida tengo suficiente. Cuando eso sucede, siempre me acuerdo del refrán: “tanta paz lleves como gloria dejas” y sería en sumun de mi venganza.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Soy de izquierdas, aunque no tengo una afinidad especial por un partido específico. En las ultimas tres elecciones, nunca he votado al mismo, pero siempre he votado a la izquierda.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? No quiero ser otra cosa. Aunque estaría bien mejorar mi propia versión, con más seguridad en mí misma, más facilidad para dejarme llevar y sin síndrome de impostora. Y en el caso hipotético de que exista eso de la reencarnación, vivir la vida de mi perro no me parece mala idea.

¿Cuáles son sus vicios principales? Las películas románticas de navidad, esas super predecibles donde siempre está nevado y un milagro de Papá Noel lo arregla todo al final. La Nutella con pan que desayuno los domingos, pero que me comería todos los días y a todas horas. Y comprar nuevos libros, aunque tenga una pila de pendientes en la estantería de casa.

¿Y sus virtudes? Mi sentido del humor y mi empatía. Intento relativizar todo lo que puedo el malestar ajeno soltando chascarrillos hasta en situaciones difíciles. Si logro arrancarle una sonrisa a alguien que está triste me siento feliz. El único inconveniente es que al ser tan empática sufro mucho si, más allá de hacer reír a esa persona, no logro darle una solución real a su problema.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Un amanecer en la montaña buscando setas con mi padre. Mi madre y yo bailando en el salón de casa. Las payasadas nocturnas de mi hermana mayor para dormirnos a mi otra hermana y a mí cuando éramos pequeñas. Las risas con mi familia hasta que nos duele la barriga. Los abrazos de mis hijos. El primer beso de mi marido en nuestra primera cita. Y como soy tan controladora y planificadora, aprovecharía esos últimos instantes de vida para ordenar cada una de las imágenes y reproducirlas en orden de mayor a menor intensidad emocional, no vaya a ser que fluyan desordenadas y además de ahogarme me dé un infarto.

T. M.

martes, 25 de marzo de 2025

Un artículo viajero sobre el hotel Le Méridien Barcelona



Desde hoy está disponible este artículo, en la sección de Viajes de La Razón, titulado "El estilazo de Le Méridien barcelonés", sobre este establecimiento pegado a las Ramblas tan magnífico.





lunes, 24 de marzo de 2025

Entrevista capotiana a David Fajardo Rodríguez

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de David Fajardo Rodríguez.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Una cabaña alejada, llena de libros, cuadernos en blanco y muchos víveres.

¿Prefiere los animales a la gente? Ambos, amor y crueldad pueden convivir en esas dos dimensiones. Yo me quedo con el amor, provenga de donde provenga.

¿Es usted cruel? Prefiero definirme como justo, que es una virtud más alta que la bondad. Y en la justicia a veces uno es cruel con quien lo merece, y extremadamente bondadoso con quien corresponde.

¿Tiene muchos amigos? No. Cada vez me cuesta más hacer uso de esa palabra tan seria. Pocos, pero confiables y cercanos en principios y sensibilidades.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Profundidad y valores.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Como restrinjo esa cota, pocas sorpresas me llevo, pero alguna decepción siempre llega en el viaje.

¿Es usted una persona sincera? Sí, me considero una persona sincera.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Familia, lectura y escritura. También ejerciendo el arte de no hacer absolutamente nada, asunto que, en estos tiempos de agresivo neoliberalismo productivo, está muy demonizado.

¿Qué le da más miedo? La ignorancia cuando se combina con el poder. Desgraciadamente, lo estamos viendo demasiado.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Nuestra capacidad para no aprender y reproducir errores.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Muy pocas personas pueden hacer de la escritura su medio de vida, es más bien un ejercicio de resistencia y supervivencia. Yo me dedico profesionalmente a la psicología, no elegiría nada distinto a lo que he hecho.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Me gusta el pádel, el yoga y caminar.

¿Sabe cocinar? No se me da mal, lo que me cuesta encontrar son el tiempo y las ganas.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A Nicholas Winton. Me parece un ser extremadamente humano y valiente.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Luz.

¿Y la más peligrosa? Todas las que contemplen la capacidad de borrar el mundo: Guerras, genocidios…

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Por ahora no, aunque en algún poema me he llevado a alguien por delante.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Aquella que va de la mano de la justicia y la equidad. La que no juzga, la que comprende, aquella en la que todos tenemos espacio.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Pianista, pero sin gloria. Un músico sombrío que toca para que otros tejan su vida mientras la música suena.

¿Cuáles son sus vicios principales? Los libros.

¿Y sus virtudes? La escucha.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Creo que serían cosas sencillas, escenas familiares, cotidianeidades varias. Nada trascendental.

T. M.

jueves, 20 de marzo de 2025

Un artículo viajero sobre el Hotel Almanac Barcelona

Desde hoy se puede leer, en la sección de Viajes de La Razón, mi artículo "La exquisita modernidad del Hotel Almanac Barcelona", sobre este establecimiento de cinco estrellas que es una auténtica maravilla en todos los sentidos.


miércoles, 19 de marzo de 2025

Entrevista capotiana a Víctor Herrero de Miguel

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Víctor Herrero de Miguel.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Quizás es que vivo, allí donde en cada momento me toca vivir, como si fuera ese el único lugar, consciente de que allí está, al alcance, todo lo que a la vida le hace falta.

¿Prefiere los animales a la gente? Prefiero a la personas que cuidan a los gatos. Como aquel verso de Borges que nombra como uno de los justos a quien acaricia a un animal dormido.

¿Es usted cruel? Sé que ninguno, en determinadas circunstancias, estamos libres de caer en la crueldad. Por eso, levanto bien alta la cerca y me protejo, para que no entren en mí esas bestias.

¿Tiene muchos amigos? Tengo amigos de muy profunda amistad. Y, en lo profundo, nunca hay masas.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Más que buscarla, he encontrado su capacidad de quererme sin hacerme igual a ellos. 

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Tengo la inmensa fortuna de no haber probado jamás esa hiel.

¿Es usted una persona sincera? Si dijera que no, resultaría que, al estar mintiendo, sí que lo soy.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Soy fraile franciscano, doy clases de literatura antigua y soy poeta. No tengo muy claras las fronteras entre el tiempo libre y otros tiempos.

¿Qué le da más miedo? Dañar. Dejar de agradecer. Volverme exigente o descuidado.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La delectación en el mal.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Me encantaría haber sido jardinero o guarda forestal, pero entonces seguiría estando muy cerca de la poesía.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? A diario camino unos diez kilómetros. De vez en cuando corro. Me gusta la montaña. Y estoy aprendiendo a estirar.

¿Sabe cocinar? Sé hacer lo necesario pero sé que no lo hago bien.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Francisco de Asís.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Umbral.

¿Y la más peligrosa? La que se emplea de forma absoluta: Dios, dinero, naturaleza, progreso, libertad, sexo, yo.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No, pero reconozco haber sido infectado por el virus de la indiferencia

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Las que conducen al encuentro, las que conceden tiempo a la gente, las que se centran en cuidar.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Podría decir que me gustaría ser jilguero, pero es mejor ser yo y seguir contemplando a los jilgueros. 

¿Cuáles son sus vicios principales? Si algo de verdad no me interesa lo más mínimo, carezco de capacidad de fingir.

¿Y sus virtudes? Saber leer, escuchar, contemplar.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Rostros de seres que amo.

T. M.