Cuando parecía que con la
celebración del centenario de la muerte de Tolstói, hace dos años,
editorialmente hablando ya habíamos obtenido suficientes aportaciones –nuevas
traducciones de sus obras, los diarios de su mujer Sofía, el testimonio de su
hija Tatiana o de Maxim Gorki, biografías de Raymond Rolland o Mauricio
Wiesenthal–, llega esta novedad que pone la guinda al pastel tolstoiano. El
colombiano Jorge Bustamante (1951) es el artífice de que estos «Encuentros en
Yásnaia Poliana», como dice el subtítulo, vean la luz por primera vez en
español. Son veinticuatro conversaciones y entrevistas olvidadas en la prensa
de la época y extraídas del volumen que, en 1986, editó el historiador Vladímir
Lakshin.
Como dice Bustamente, estos textos
«traen al lector la viva voz de Lev Nikoláievich, muestran la forma como era
percibido por sus contemporáneos, el lugar que ocupaba en su conciencia». Es
una delicia conocer las crónicas de admiradores y colegas que fueron recibidos
en la casa del escritor con generosidad y esmero, o se cruzaron con él en Moscú
y San Petersburgo; un placer escuchar a Tolstói en sus profecías sobre nuestra
civilización, en su busca de convivencia cristiana, en sus consideraciones
sobre la fama, la función de la crítica literaria, la música, el cinematógrafo…
«Persona que vive por la sabiduría y
para la sabiduría», lo define un periodista. «Lo ilumina todo», afirma Leonid
Andréiev. Un biógrafo de Chéjov alude al «encanto del gran anciano». Toda una
sociedad se rindió a los pies de Tolstói, que por doquier da ejemplo de
humanismo y una fe en las propias convicciones que mantienen su voz más viva
que nunca.
Publicado en La Razón, 12-VII-2012