En 1972, Truman Capote publicó un
original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló
«Autorretrato» (en Los perros
ladran, Anagrama, 1999), y en él el autor el escritor
estadounidense se entrevistaba a sí mismo con especial astucia y brillantez.
Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y
costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista
capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Cristian
David López.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
El vientre de mi madre.
¿Prefiere los animales a la gente?
A los
animales racionales, aunque me encantan los perros.
¿Es usted cruel?
Sí, sobre todo con
la gente que me quiere.
¿Tiene muchos amigos?
Creo que sí.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Ninguna, los acepto
como vengan, sin etiquetas.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No tanto como yo a
ellos.
¿Es usted una persona sincera?
Sincero al
cien por cien no, a veces tengo que mentir para ser feliz o para no hacer
infeliz a alguien.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Con mi mujer, un libro,
una película, los amigos y a veces solo, absolutamente solo.
¿Qué le da más miedo?
¿Qué le da más miedo?
Perder
completamente la ingenuidad.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice?
Que haya gente que
muera de hambre.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida
creativa, ¿qué habría hecho?
Ser
naturalista o presidente de mi país.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Hasta los
16 años practiqué el fútbol; luego me lesioné la rodilla y ya nunca más volví a
tocar una pelota. El único ejercicio físico que ahora practico es caminar y
caminar.
¿Sabe cocinar?
Más que comer. Me
encanta, es lo más creativo que hay. La cocina para mí es un descubrimiento sin
final. Cocinando disfrutan nuestros cinco sentidos.
Si el Reader’s
Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje
inolvidable», ¿a quién elegiría?
Elegiría a escribir sobre Thomas Edward Lawrence, un personaje
incansable. Me inspira su fortaleza.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de
esperanza?
Voluntad.
¿Y la más peligrosa?
¿Y la más peligrosa?
Pereza.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
A Eva por hacer que
nos expulsaran del paraíso.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Me gusta la política
que se preocupa y protege sobre todo a la gente más necesitada. Aquella que
haga una buena distribución de la riqueza. Y que haga posible que cualquier
persona pueda acceder a la salud, a la educación, que es una de las formas de
acabar con tanta pobreza.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Siempre
quise ser Batman.
¿Cuáles son sus vicios principales?
El desorden, la
desatención, y el aprender las cosas solo a medias.
¿Y sus virtudes?
Querer mejorar cada
día.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
La imagen que me
gustaría que se me pasara por la cabeza en el momento de ahogarme es pesar que
es una pesadilla de la que voy a despertar siendo otra vez niño.
T. M.