lunes, 29 de abril de 2013

Entrevista capotiana a Xosé Bolado


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con especial astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Xosé Bolado.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Mi casa, pero encima de una colina, sobre prados, árboles y una línea fina del mar. Se nota, en Asturias, pero con clima mediterráneo.
¿Prefiere los animales a la gente?
Depende del momento y de los animales, si es mi gato a veces es más cuidadoso que un vecino. Todas las mascotas permanecen con sus imágenes cariñosas en mi memoria.
¿Es usted cruel?
Creo que a sabiendas no, pero la inconsciencia o la ignorancia pueden hacernos muy crueles.
¿Tiene muchos amigos?
Más de los que se puede atender con cuidado y constancia.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
La lealtad, luego muchas otras cosas que hacen la vida más plena y rica. El humor, la conversación, la cortesía, el buen estilo y esos detalles insignificantes que pueden alegrar la vida cotidiana.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Pocas veces, pero cuando eso ocurre es doloroso. Lo mismo sentirán ellos, si les decepciono.
¿Es usted una persona sincera? 
Todo lo que permite la buena educación y el evitar la crueldad, aunque sea leve o inocente.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Si es en casa, leyendo y escuchando música, y si hace buen tiempo “perdiendo el tiempo” paseando, mientras contemplo a la gente en su camino. Si es de verdad tiempo libre, ensimismado mirando el mar o las cosas que me rodean.
¿Qué le da más miedo?
La brutalidad, la grosería. El maltrato a las personas y a los animales.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Sí, hay muchas cosas, por ejemplo, la tiranía, el poder de los corruptos, la hipocresía de algunas sociedades mercantiles y religiosas…
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
En mi caso no es cuestión de elección radical, combino, aunque sea de mala manera, el juego de manos.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Poco, algo de jardinería. Nada que huela a gimnasio o a piscina cubierta.
¿Sabe cocinar?
Sí, hago bastantes cosas, e invento un poco, según lo que tenga a mano.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Difícil elección, uno, quizá para empezar y muy apropiado para estos tiempos españoles, Rosario de Acuña.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Justicia.
¿Y la más peligrosa?
Serían dos. Patria y Mercado.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No, y si lo hubiera querido en sueños, no lo habría recordado.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Un progresismo equilibrado y democrático.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
A estas alturas, quizá lo que soy, si me dejase tranquilo la conciencia por los dramas que veo alrededor.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Los que uno se calla, nada peligrosos para nadie.
¿Y sus virtudes?
Las que digan mis amigos, si las encuentran.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Alguna vez que pasé miedo en el agua, el ímpetu y los nervios no me dejaron ver imágenes. Fue todo muy poco literario.
T. M.