El cine
reciente ha puesto a Batman en el olimpo de los superhéroes, aún más si cabe,
gracias a la trilogía dirigida por Christopher Nolan, compuesta por “Batman
Begins”, “El Caballero Oscuro” y “El Caballero
Oscuro: La leyenda renace”,
y que llevó a la cima artística el género de las películas de salvadores de la
humanidad con poderes especiales. La fuerza, calidad y magnitud de estas tres
obras, alabadas por la crítica especializada y altamente taquilleras en todo el
mundo, hizo que la figura de Batman se reinventara, adquiriera tintes
dramáticos y épicos, tras unos filmes en los que había predominado el divertimento
o una mirada más juvenil, comandados por Tim Burton y Joel Schumacher, de fines
de los ochenta y comienzos de los noventa.
La historia de
este personaje tras el que se oculta el multimillonario y filántropo Bruce
Wayne ha sufrido muchos altibajos desde que viera la luz en 1939 en la revista
“Detective Comics” –propiedad de la editorial neoyorquina DC Comics, que
también publicó los tebeos del periodista extraterrestre Clark Kent desde el
año anterior–, firmada por el artista Bob Kane y el escritor Bill Finger. Batman
también sufrió la decadencia generalizada del género a inicios de los años
cincuenta, aunque pudo mantenerse a flote junto al hombre del planeta Krypton.
Como dice Joan Schenkar, biógrafa de la narradora Patricia Highsmith, quien se
ganó la vida en su juventud como guionista de cómics: “En la jerarquía de los
superhéroes, Superman era el primero y el mejor, el modelo para los cientos de
superhéroes que vinieron detrás”.
El Hombre de
Acero era intocable, pero a Batman se le llegó a cuestionar su sexualidad –por
ello fueron incorporadas Batwoman y Batgirl– dada la cercanía a su ayudante
Robin, y la censura de la época reprochó a los creadores que el personaje
atentaba contra los valores de los jóvenes. A todo ello le siguió un descenso
considerable de las ventas en las dos décadas siguientes, lo que vino a
enmendarse con la aparición de la novela gráfica “Batman: The Dark Knight
Returns”, de Frank Miller, en 1986. En efecto, el héroe volvía, y con más
fuerza que nunca.
Pues bien, en
breve, en concreto el 20 de mayo, llegará a las librerías “Batman desde la
periferia. Un libro para fanáticos o neófitos”, un conjunto de textos de
destacados narradores y ensayistas actuales que abarcan distintos aspectos de
este murciélago consagrado a combatir el crimen en la ciudad de Gotham. Al
cuidado de Laura Fernández, Enric Cucurella y Ana Pareja, e ilustrado por la
joven artista Blanca Miró, el volumen ofrece miradas sobre el héroe como la del
recientemente ganador del premio Herralde de novela, Juan Francisco Ferré, y el
experto en postmodernismo Eloy Fernández Porta, o firmas internacionales
vinculadas al mundo del cómic, como Greg Baldino, o el desaparecido, pocos
meses atrás, activista cibernético Aaron H. Swartz.
En la
introducción, los editores dan las claves de este personaje, testigo de niño de
cómo asesinaban a sus padres a la salida de un teatro, y presentan diez textos
que vienen a analizar psicológicamente el devenir del atormentado hombre que se
enfrentó al Mal sin poderes milagrosos pero con la tecnología más puntera, así
como a sus deseos de venganza y lamentos por fracasar en su empeño por hacer el
bien. De hecho, uno de los ensayos lo firma Slavoj Zizek, filósofo nacido en
Eslovenia especializado en teorizar, desde premisas próximas al psicoanalista
Jacques Lacan, sobre asuntos en torno a la cultura popular. Así, el murciélago
cambia la pared de su cueva por el diván.
Publicado en La Razón, 12-V-2013