En 1972, Truman Capote publicó un
original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló
«Autorretrato» (en Los perros
ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con
astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus
frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman
la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de
la vida, de Luisa Fernanda Siles.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir
jamás de él, ¿cuál elegiría?
Mi casa. Dentro de mis cuatro paredes está todo lo que necesito. En cada centímetro de ellas están los objetos que me recuerdan momentos y lugares de mi pasado y presente. Están mis libros, la computadora, los instrumentos que me sirven para arrancarle a mi imaginación sus diablillos y espiar mis sueños.
Mi casa. Dentro de mis cuatro paredes está todo lo que necesito. En cada centímetro de ellas están los objetos que me recuerdan momentos y lugares de mi pasado y presente. Están mis libros, la computadora, los instrumentos que me sirven para arrancarle a mi imaginación sus diablillos y espiar mis sueños.
¿Prefiere los animales a la gente?
Prefiero las
personas, pero amo a los animales. Hasta hace poco uno de mis mejores amigos
era un vecino de casa llamado Lorenzo, un loro verde esmeralda y afectuoso como
pocos humanos.
¿Es usted cruel?
Conmigo misma a
menudo.
¿Tiene muchos amigos?
Soy hija única,
crecí entre gente mayor, a los ocho años tenía amigos de setenta años con los
cuales conversaba de igual a igual y me preocupaba por ellos. Hoy eso no ha
cambiado, tengo amigos de todas las edades, nacionalidades y credos. Soy una
persona muy sociable y siempre busco el contacto con los demás. Ahora bien,
amigos, de esos por los que uno se juega el pellejo y ellos por uno, son menos
numerosos. Ellos son los hermanos que fui adquiriendo a lo largo de la vida y
atesoro.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Sinceridad,
integridad.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Los verdaderos
amigos nunca me decepcionaron. Me decepcionaron personas a las que conocía
menos y poco a poco fueron mostrando sus verdaderos valores los cuales no eran
afines a los míos. Entonces tomé distancia. Porque los parientes te llegan pero
felizmente a los amigos se los escoge.
¿Es usted una persona sincera?
Soy muy
sincera, por eso a veces puedo sonar muy dura con las personas de mi entorno
cercano. Con los demás soy diplomática, digo lo que siento con sutileza.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Compartir con la
familia y amigos es para mí un deleite. Mi pasión es la lectura, el cine y deseo viajar más.
¿Qué le da más miedo?
La
injusticia, la ignorancia, la muerte, la enfermedad, el dolor físico, la
pérdida de un ser amado, la soledad, y el abandono.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice?
La mentira, la
vileza y la miseria humana.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida
creativa, ¿qué habría hecho?
Hubiera
sido arquitecto, pintor o escultor. Aprecio mucho la estética, los volúmenes,
la espacialidad, el color.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Me impongo caminar
una hora al día, no soy muy metódica con eso del ejercicio, sin embargo lo
disfruto.
¿Sabe cocinar?
Me encanta cocinar,
recibir amigos en casa, homenajearlos con recetas nuevas. Soy una de esas
típicas mujeres que halaga a través de la comida. Estoy a la pesca de programas
culinarios y recetas antiguas. Me da mucha curiosidad saber cómo se cocinaba en otros tiempos.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un
personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Me gustaría escribir
sobre Cristóbal Colón, Marco Polo, entre
otros viajeros que emprendieron retos inimaginables, si las condiciones de la revista requerirían que fuese alguien famoso, pero también sobre
cualquier persona de la calle, con sus ideales y responsabilidades, sus sueños
y limitaciones, y sea inolvidable para quienes lo conocieron.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de
esperanza?
Amor.
¿Y la más peligrosa?
¿Y la más peligrosa?
Olvido.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Muchas veces, y lo maté en
mi corazón.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Creo que la
distribución de la riqueza en el planeta
es injusta. Las diferencias entre ricos
y pobres son escandalosas en países latinoamericanos, africanos y asiáticos.
Ahora bien tampoco creo que el modelo socialista como el de Cuba sea el ideal.
Me resulta muy interesante la política de los países escandinavos y el
equilibrio al que llegan.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Una gran
escritora.
¿Cuáles son sus vicios principales?
La nostalgia, fantasear, analizar, analizarme, especular, observar, atender a los que amo, el chocolate.
¿Y sus virtudes?
No es a mí decirlas.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Mi niñez
transcurrida en una casona republicana y yo disfrazada de gringa turista, con collares
y la cartera de mi madre colgando en bandolera narrando por las tardes mis
aventuras imaginarias al gran escritor que fue mi padre, la necesidad
desesperada que tenía de mi madre, la sonrisa de mis hijos, el abrazo tibio y el cuerpo del hombre que amo
y con quién comparto mi vida.
T. M.