Tras dar la vuelta al mundo en las últimas semanas,
descuidando por ello este blog, regreso a mi
Blanes, y me tropiezo con que el ayuntamiento ha preparado una ruta Bolaño, y
el amor del gran escritor chileno por esta localidad queda banalizado por
aprovechar su prestigio literario y presumir de hijo predilecto. Lo bochornoso
consiste en hacer un tríptico con un mapa del centro de Blanes y marcar lugares
que frecuentaba el autor. ¿Era necesario poner en ello un videoclub, una
papelería, una farmacia, una pastelería? ¿Indican algo sobre su obra o son una
explotación superficial de un ser humano que ahora tiene éxito póstumo y que
visitó esos lugares en su vida privada y cotidiana? Señalar la estación de tren
¿es importante porque en efecto el bueno de Bolaño usó el tren una o mil veces?
¿Habría que haber puesto una boya en medio del mar para marcar que alguna vez
se bañó en el Mediterráneo? Veo que todos los periódicos han cubierto la
noticia, y que en la inauguración de tal ruta estaban regidores del
ayuntamiento, el conseller de la Generalitat, el alcalde de Blanes… Es decir, políticos
y veo que ningún escritor, que son los únicos autorizados para hablar de él; los
colegas, o los familiares, o los lectores, pero jamás lo ominosos políticos,
deseosos de comercializar la cultura, frivolizarla a costa del talento ajeno.