lunes, 27 de julio de 2015

Entrevista capotiana a Joan Margarit

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Joan Margarit.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Mi casa.
¿Prefiere los animales a la gente?
No.
¿Es usted cruel?
Sólo cuando escribo un poema.
¿Tiene muchos amigos?
Il n’y a pas d’amis, il n’y a que des moments d’amitié. (Jules Renard)
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Ninguna a priori.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Eso significaría una soberbia que no tengo.
¿Es usted una persona sincera? 
Cuando escribo un poema, sí.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Libre no hay nada, menos aún el tiempo.
¿Qué le da más miedo?
Perder a mi mujer, mi cabeza y mis piernas, por ese orden.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
No me escandalizo: me sorprendo.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
No soy escritor. Soy poeta. Muchos funcionarios, por ejemplo, han escrito más que yo.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Natación.
¿Sabe cocinar?
No. Sólo lo suficiente para no pasar hambre en caso necesario.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A mi hija Joana.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Fuera de un contexto, ninguna.
¿Y la más peligrosa?
Para un poeta, las que pertenecen a los tópicos de su tiempo: creatividad, original, sueños, hojas de ruta...
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Nunca.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
De las que sean, a mi edad, una interpretación conservadora. Para no dar el espectáculo.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Nada.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Tengo defectos, no vicios.
¿Y sus virtudes?
No llego a tanto.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
¿Cómo saberlo hasta entonces?
T. M.