Ya está
disponible mi trabajo sobre Arlt, sus aguafuertes, su viaje a España y
Marruecos, en Hermida Editores. El proyecto supuso para mí adentrarme
profundamente en la vida y obra de este singular escritor argentino, en su
narrativa (novelas y cuentos), por supuesto, pero en esta ocasión con especial
detenimiento en su labor periodística y de cronista viajero. Añado a
continuación los textos de contracubierta y solapa.
Entre febrero de 1935 y julio de 1936, Roberto Arlt
publicaría en el diario porteño El Mundo,
en el que colaboraba desde 1928, y gracias al cual alcanzó una inmensa fama, más de doscientas columnas, en la sección «Aguafuertes
Españolas». En ellas relató sus andanzas a lo largo y ancho de la península e
incluso su salto al continente africano para visitar Tánger, Ceuta y Tetuán.
Toda una aventura que le llevaría a mil y una situaciones festivas y
peligrosas, a descubrir la liturgia religiosa y el frenesí político que se
respiraba a las puertas de la Guerra Civil.
Como dice su
biógrafa Sylvia Saítta: «Si los escritores de la élite escriben porque han
viajado, Arlt viaja fundamentalmente para escribir mientras viaja; sus crónicas
no son el resultado azaroso del tiempo disponible de quien busca hacer públicas
unas percepciones de carácter privado: Arlt viaja porque su escritura es la
condición de posibilidad de la existencia de su viaje, su único pasaporte de
escritor asalariado».
Este viaje se
presenta ahora con las Aguafuertes
españolas, que Arlt preparó en 1936 (edición en la que recogió algunos de
sus textos sobre Andalucía y Marruecos), y el resto completo de aguafuertes
gallegas, asturianas, vascas y madrileñas. Un largo trayecto que, como sugiere
Toni Montesinos en la introducción ―en la que alude a algunos de los narradores
que consideraron a Arlt uno de sus maestros, como Onetti, Cortázar y Bolaño―,
hubiera podido constituir la esperanza de que la angustia que atenazaba al
autor, y que lo hacía rabiosamente creativo y anticonformista, quedara aliviada
por la ilusión de conocer la anhelada Europa.
Roberto Arlt,
hijo de inmigrantes europeos, nació en 1900 en Buenos Aires, y ya desde niño
quedó subyugado por el arte de escribir. A los dieciocho años publica su primer
cuento, y en 1921 se traslada a Córdoba, donde hace el servicio militar y
conoce a su primera esposa, con la que pronto tuvo una hija. De vuelta a la
capital en 1924, escribe su primera novela, El
juguete rabioso (1926), a la que le siguen Los siete locos (1930), Los
lanzallamas (1931) y El amor brujo
(1932), que lo colocan como uno de los autores más originales y provocadores de
la Argentina.
Asimismo,
debuta como dramaturgo con la obra 300
millones (1932) y publica la antología de cuentos El jorobadito (1933). Desde 1928 hasta su repentina muerte, en
1942, publica una columna casi diaria en el periódico El Mundo, y selecciona algunas de ellas para los libros Aguafuertes porteñas (1933) y Aguafuertes españolas (1936), éste a
partir de su viaje de más de un año por toda España y Marruecos. Pese a estar
volcado en el mundo teatral en su última etapa, en 1941 da a la imprenta los
cuentos El criador de gorilas. Tras
enviudar, se casa de nuevo y es padre de un hijo al que no tiene tiempo de
conocer.