sábado, 25 de junio de 2016

Entrevista capotiana a Verónica Aranda

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la «entrevista capotiana» con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Verónica Aranda.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Lisboa. Es mi ciudad talismán. Tengo alma de fadista y soy muy pessoana.
¿Prefiere los animales a la gente?
Prefiero a la gente.
¿Es usted cruel?
No cultivo esa faceta, me considero bastante zen.
¿Tiene muchos amigos?
Soy una persona muy de amigos, son un pilar importante en mi vida y me gusta tenerlos repartidos por el mundo.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Lealtad, entusiasmo, afinidades y que sepan escuchar.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Casi nunca.
¿Es usted una persona sincera? 
Procuro serlo. La mentira nos condena a la soledad.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Viajando, leyendo, escribiendo, en el cine.
¿Qué le da más miedo?
El futuro, la falta de oportunidades laborales.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La corrupción, la violencia, el índice tan bajo de lectura que hay en España.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
 Me planteé ser tenista.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Tenis, natación y senderismo.
¿Sabe cocinar?
Cocino con la Thermomix, es mi compañera inseparable en la cocina.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A Alejandro Sawa. Tengo debilidad por los escritores malditos.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Mariposa.
¿Y la más peligrosa?
Acantilado.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
¡No! Soy  muy pacífica.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Muy a la izquierda. Soy zurda para todo.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Músico. Me hubiera gustado tocar en una orquesta. Estudié un poco de clarinete.
¿Cuáles son sus vicios principales?
La pereza, el desorden, el exceso de introspección, la lentitud.
¿Y sus virtudes?
La creatividad, el optimismo, la constancia para la literatura, la calma.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Me vendrían a la cabeza muchas imágenes de paisajes de lugares donde he vivido y rostros de personas que me han marcado.
T. M.