Siete meses antes de fallecer, Henning Mankell firmaba el epílogo de la que sería su última novela, fechándola en Antibes en marzo del año pasado. Era una breve nota en que reflexionaba sobre la realidad y la ficción del paisaje de islas y bahías que había usado como telón de fondo de «Botas de lluvia suecas» (traducción de Gemma Pecharromán Miguel). «La verdad es provisional y cambiante», decía, y con ello podría referirse a la vida en general como a la particular del protagonista de esta obra, Fredrik Welin, que el lector ya conocerá de la novela «Zapatos italianos». La verdad, en este caso, será discernir cómo y por qué se incendia la casa donde vive este personaje, médico jubilado que, tras una intervención quirúrgica desafortunada a una joven, se refugió en la isla remota donde vivieron algunos de sus antepasados.
La anécdota de calzarse botas de un mismo pie cuando, en plena noche, se declara el incendio y él tiene que huir precipitadamente perdiéndolo absolutamente todo, se convertirá en un «leitmotiv» que justificará el título, pues Welin intentará conseguir a lo largo de la narración otras botas nuevas que, eso sí, se hayan fabricado en Suecia, ya que le indigna que las que le venden como clásicas botas de lluvia de su país provengan de China.
La novela nos contará cómo el doctor tiene que sufrir que la policía dude de él, como si él mismo hubiera tenido la intención de quemar su hogar. Este detalle permite a Mankell crea una ilusoria sensación de misterio y acoso, mientras en paralelo desarrolla el quid del argumento: las relaciones de Welin con el resto de lugareños, con su hija Louise, una activista en asuntos sociales que acude a ver a su padre y que es propietaria de la caravana donde se traslada a vivir él, y con una periodista que, de forma algo inverosímil, se fija en su caso para hacer un reportaje. El tono meditabundo y el tempo lento de la historia ralentizan nuestro interés en lo que se cuenta, haciendo que en general esta última obra de Mankell sea de factura menor al lado de sus entretenidas tramas que tanto éxito le reportaron.
Publicado en La Razón, 29-IX-2016