En 1972,
Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que
nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los
perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo
con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus
frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman
la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de
la vida, de F. Bellart.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Poblenou, mi
barrio. Es donde tengo a mis amigos y a mi familia.
¿Prefiere los animales a la gente?
No.
¿Es usted cruel?
No.
¿Tiene muchos amigos?
Unos 35.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Que me
diviertan. Que me lo pase bien con ellos.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No.
¿Es usted una persona sincera?
Sí. No sé
mentir.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Leyendo,
jugando con mis hijos, tomando unas cervezas con mis amigos.
¿Qué le da más miedo?
Hablar en
público.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice?
Que se considere a
Gandhi un personaje ejemplar.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida
creativa, ¿qué habría hecho?
Además de
escritor, soy lector en una editorial. Eso es lo que sería.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
No.
¿Sabe cocinar?
Lo odio, pero mi mujer
lo odia más, así que he tenido que aprender algo. Muy poco. Lo justo para no
morirnos de hambre.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un
personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Martin Dean, de la
novela Una parte del todo, de Steve
Toltz.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de
esperanza?
Tolerancia.
¿Y la más peligrosa?
Fanatismo.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Son muy variables. No
simpatizo con ningún partido y no suelo votar. Pienso que la política está
sobrevalorada.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Músico, tal
vez. No lo sé. ¿Batman?
¿Cuáles son sus vicios principales?
Fumar.
¿Y sus virtudes?
Soy un buen
lector.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Pensaría en
mi mujer y en mis hijos.
T. M.