jueves, 13 de septiembre de 2018

Entrevista capotiana a Jorge Goyeneche


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Jorge Goyeneche.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Probablemente Roma. También podría ser algún lugar del sur de Francia, pero hablo bien italiano, poco francés. No es sólo por el idioma, domino el inglés pero no viviría en Londres. De todos modos sigo acá en la ciudad donde nací.
¿Prefiere los animales a la gente?
Según y conforme. Entre un gato silvestre y mi vecino culipanza, chismoso y ruidoso, elijo al gato. Pero antes que un dogo o un pitbull, prefiero a ciertas personas.
¿Es usted cruel?
Nunca con los demás, pero conmigo...
¿Tiene muchos amigos?
Virtuales, a la distancia, sí. En el mundo real, dos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Ninguna.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Alguna vez habrá habido una especie de flechazo y luego fuimos evolucionando, contagiándonos, diferenciándonos.
¿Es usted una persona sincera? 
Sí.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Leo, escribo, hago trabajos manuales de reparación, a veces cocino, siempre lavo los platos, los seco y los guardo.
¿Qué le da más miedo?
La falta de aire y luz. Sufro de claustrofobia. Mis peores pesadillas son de enterramiento prematuro. Maldito Poe.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La caradurez. La falta de arrepentimiento, especialmente de los poderosos. Somos humanos y erramos, pero cuando no se reconoce y aún más se reitera a sabiendas, me da escozor. Me avergüenzo de pertenecer a la misma especie.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Hubiera sido músico, me encantaría ser concertista de guitarra.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Hago caminata intensa todas las mañanas.
¿Sabe cocinar?
Algunas cosas me salen ricas.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Si el Reader´Digest me encargara algo, debería replantearme lo que he escrito. Después seguramente transigiría, ¡es el R´D! y escribiría algo sobre Cosimo (del Barón Rampante, Ítalo Calvino).
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Hoy.
¿Y la más peligrosa?
Ayer y mañana.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Sí, lo estoy planeando. Pero como ya dije soy claustrofóbico y por eso me frena pensar en el encierro carcelario.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Quejoso y republicano. Un izquierdista que reconoce las ventajas de vivir en el mundo capitalista pero sabe qué es lo que está mal.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
El mediocampista de la selección de fútbol.
¿Cuáles son sus vicios principales?
No tengo vicios.  Soy tristemente prolijo.
¿Y sus virtudes?
No tengo virtudes. Soy educado y disimulo.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
¿Cómo es que ha llegado tanta agua a mi escritorio? Seguramente pensaría en mi esposa y mis hijos.
T. M.