viernes, 26 de julio de 2019

Entrevista capotiana número 1.000: Luis Landero


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Luis Landero.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Mi barrio de Madrid.
¿Prefiere los animales a la gente?
No.
¿Es usted cruel?
No, al menos de momento.         
¿Tiene muchos amigos?
Tres o cuatro           , además del millón de amigos que tenemos todos.  
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Lealtad, cariño.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Raramente.
¿Es usted una persona sincera? 
A veces, sí; a veces, por supuesto que no.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Hay tanto que hacer, que uno no tiene tiempo libre.
¿Qué le da más miedo?
La fragilidad de mis seres queridos.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Después de leer la historia de la humanidad, nada. Pero, aun así, el sufrimiento de los niños.        
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
No lo sé. Supongo que profesor. O quizá guitarrista.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Pasear por el barrio.
¿Sabe cocinar?
No, salvo cosas muy elementales.         
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A Cervantes.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Justicia.
¿Y la más peligrosa?
Todas, con los nombres de los dioses a la cabeza.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Nunca, pero no por falta de ganas.         
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Soy escéptico y de izquierdas.     
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Naturalista, como Darwin.
¿Cuáles son sus vicios principales?
La gula, la ira, la lujuria, la envidia, la soberbia, la pereza…en fin, lo normal.
¿Y sus virtudes?
Pues igual: la generosidad, la admiración, la mansedumbre, la modestia, la laboriosidad…
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Eso es como intentar adivinar qué va a soñar uno esta noche. Imposible.
T. M.