jueves, 2 de julio de 2020

Entrevista capotiana a Manuel Montalvo


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Manuel Montalvo.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Elegiría, sin ninguna duda, un lugar cerca del mar. Creo que es mucho más sencillo vivir ahí.
¿Prefiere los animales a la gente?
Los animales tienen una capacidad innata para querer a los de su misma especie. No como nosotros.
¿Es usted cruel?
No me considero una persona cruel. Aunque alguna vez haya pensado (sobre todo en tiempos de juventud) que muchos actos, ligados a personas, no merecen ningún tipo de compasión.
¿Tiene muchos amigos?
No. Y no suelo confiar en las personas que dicen que tienen muchos amigos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
La palabra amistad, para mí, siempre ha sido uno de los pilares de mi vida. Conservo mis amigos de toda la vida e intento estar ahí siempre que me necesitan. “Los amigos de verdad son aquellos que saben interpretar tus silencios”.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Nunca se está de acuerdo en todo. Y esa disparidad, en alguna ocasión, suele llevarte a pequeñas discusiones. Pero… no. Hasta ahora los podría considerar como personas muy integras y leales.
¿Es usted una persona sincera? 
La sinceridad es el arma que utilizan los que no tienen miedo a la vida. Es importante ser sincero. Aunque también es difícil.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Soy muy celoso de mi tiempo libre. Y peleo para que ese tiempo vaya creciendo con el paso de los años. Espero que llegue un día en el que todo mi tiempo sea “libre”
¿Qué le da más miedo?
Con la edad vas acuñando más miedos. Nos volvemos más vulnerables (o más inteligentes). Pero lo que más miedo me da es la perdida de seres queridos. Esas heridas jamás se cierran. Y aunque aprendas a vivir con ellas, siempre te recuerdan lo que un día tuviste y lo que ya no volverás a tener.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Poco. O casi nada. Aunque cuando no se vive con expectativas es más complicado que algo se convierta en un escándalo.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Llevo poco tiempo como escritor. Esta es la vida que ahora mismo me hace feliz. Siempre elegiría (y he elegido) ser lo que me hace feliz. La creatividad es importante para sentirte lleno y realizado. Cuando expones tu trabajo a los demás asumes el riesgo de la crítica. Pero también recibes una cantidad de cariño que no he sido capaz de encontrar en ningún otro lugar.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Sí. Desde siempre. El ejercicio es muy importante para mí. Todo el mundo necesita ese espacio de tiempo para dejar de pensar. Y el deporte me ayuda a desconectar.
¿Sabe cocinar?
No. Soy un auténtico desastre en la cocina. Y admiro mucho a la gente que lo hace. La cocina implica amor y dedicación. Me parece un precioso don.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
No elegiría a ningún personaje que no hubiese conocido antes.
Sin duda, si tuviera que escribir sobre alguien, lo haría sobre mi madre.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
“Sí”. Cuando eres positivo, la esperanza aparece sin querer.
¿Y la más peligrosa?
Te quiero (no es una sola palabra pero se podría considerar como tal). Hay que tener mucho cuidado al decir algo así porque, cuando no se utiliza correctamente, suele haber un corazón, al otro lado, que sufre.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
En un momento de ira, la muerte (o el deseo de que alguien muera) se puede convertir en ese precipicio que nos llevaría a nuestra propia destrucción.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
La política es un tema que no me interesa demasiado. Y más cuando ves lo poco humanos que son la mayoría de los humanos que tienen ese cargo. Puede que mostrase más interés si, un día, viese en ellos más empatía y amor  por lo que hacen. 
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Ahora mismo estoy en un punto en el que quiero ser exactamente lo que soy. Soy feliz. Muy feliz. Y me gustaría seguir siéndolo.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Mi vicio principal es la libertad. Poder hacer cada día lo que me apetezca. Huir de los horarios. De las imposiciones. De lo que no me apetece hacer.
¿Y sus virtudes?
Las virtudes son tan efímeras que se desvanecen con un simple suspiro. Son volátiles y pasajeras. Quizá esa pregunta habría que hacérsela a la gente que me rodea.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Seguro que me vendrían a visitar todos esos momentos que me hicieron reír.
T. M.