En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Toni Ramos.
Si tuviera que vivir en un
solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Creo que la vida está llena
de preguntas que, aún con semilla de respuesta carecen de ella, al menos de
primeras. Sin embargo, si tuviera que decidirme por un lugar en concreto, meter
a mi familia en el interior de un DeLorean sería una opción bastante
interesante.
¿Prefiere los animales a la gente? A pesar de que muchas veces
ambas partes coinciden e incluso invierten su significado, el hecho de haber
compartido más de veinte años de mi vida con dos animales me asegura que no los
cambiaría por nadie. Al final, después de todo, cuando acaba el día y cerramos
la puerta, lo extraordinario de la vida es tener unos ojos que te hablen y te
adoren.
¿Es usted cruel? No.
¿Tiene muchos amigos? Tengo muchos amigos, sí. Por suerte estoy rodeado de mucha gente que me
quiere.
¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que al estar con ellos, el tiempo se pare y todo fluya…
¿Suelen decepcionarle sus amigos? A estas alturas de la película, esa decepción empieza a vislumbrarse desde
lejos. En mi entorno más cercano por suerte no suele ocurrir.
¿Es usted una persona sincera? Mi cara habla por mí.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Soy Lector Constante desde los once años. No hay día que no lea a Stephen
King. Me encanta el cine, la música por supuesto y estar con mi familia es algo
que adoro.
¿Qué le da más miedo? Perder a mi gente.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? El mundo que estamos dejando a nuestros pequeños. Me escandaliza y me produce vergüenza infinita.
Si no hubiera decidido ser
escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Comparto mi pasión de la
escritura con la de músico. Soy miembro del grupo La Caja de Pandora desde su
formación. Con 6 álbumes publicados hemos llegado a ser disco de Oro en más de
una ocasión. No concibo la vida sin crear...
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? ¿Cuenta crujirse los
dedos?
¿Sabe cocinar? No es porque yo lo diga,
pero sí y bastante bien.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Sin duda alguna Stephen King.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Dime.
¿Y la más peligrosa? No.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? A alguno de mis personajes.
¿Cuáles son sus tendencias políticas? Mientras en este país solo se necesite un DNI para acceder a la política,
jamás podré significarme del lado de ningún movimiento político. Se le exige
muchísimo más a un niño de catorce años para, simplemente superar el año
lectivo, que al presidente del Gobierno para serlo.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? De pequeño me preguntaron en
la escuela qué quería ser de mayor. Recuerdo que contesté: “Vagabundo”. Igual,
con el paso de los años y viendo lo que hemos creado como sociedad, tampoco era
una idea tan equivocada.
¿Cuáles son sus vicios principales? Soy adicto a la lectura, me encanta.
¿Y sus virtudes? Levantarme cada día con ganas de hacer felices a los que me rodean.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Imagino que dependería del tiempo que el oxígeno pudiera recorrer mi
cerebro para mantenerlo activo. Supongo, por la pregunta, que vería la gente
que más hubiera significado en mi vida, pero para ello tendría que pasar por
ese trance y comprobarlo. Entonces sí, podría explicarle a usted todo lo que
hubiese recorrido mi mente hasta el último momento. Solo que entonces, tanto
usted como yo tendríamos un problema. O no.
T. M.