miércoles, 15 de diciembre de 2021

Entrevista capotiana a Cayetano Santana

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Cayetano Santana.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Imagino que una bodega/restaurante. En torno a la mesa se llevan a cabo actividades de enorme importancia como mentir, reír, comer y otras. Y quizá porque en un lugar así esperaría tener tiempo para otras cosas y asuntos.

¿Prefiere los animales a la gente? Noooo, qué barbaridad. A los animales se les quiere, se les cuida, se les respeta, a la gente además, sobre todo a algunas, hay que amarlas.

¿Es usted cruel? Como todos, ni más ni menos, todo dependería, como se sabe, del contexto. Pero tengo mucho temple e imagino que sería menos cruel que muchos y más cruel que algunos.

¿Tiene muchos amigos? Esta es una difícil cuestión. Josep Pla distinguía entre saludados, conocidos y amigos. Y es cierto que hay pocos, pero buenos, y que algunos van y vienen, como es natural. Como no suelo pedir ni esperar mucho de los demás, me es fácil entablar relaciones; algo que no es menos importante que tener pocos y buenos amigos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? En general, que sean ellos mismos, que no me necesiten como quien se agarra a un clavo ardiendo, que no sean envidiosos. Y creo que pongo lo que pido.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Un amigo me decía que no van a traicionarte ni a decepcionarte quienes no son tus amigos, quienes no están cerca, así que sí, que de alguna forma quien te decepciona es de quien esperas lo mejor.

¿Es usted una persona sincera? ¡Qué idiotez! Ni se es ni se deja de ser. La sinceridad está sobrevalorada. La sinceridad habría que guardársela muchas veces, para no meter la pata y por respeto y por decoro.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? No entiendo eso del tiempo libre. Así que no estoy desocupado nunca.

¿Qué le da más miedo? Por supuesto, la violencia y la estupidez, en el mismo grado.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Pues, justamente, la violencia y la estupidez. Sobre todo, la violencia gratuita y evitable, así como esa estupidez ciega, e incluso la de lo políticamente correcto que amenaza con la libertad de pensamiento y de expresión. Es muy lamentable cómo se extiende esa idea de que aquello que pensamos debe imponerse a los otros, sin diálogo ni respeto por la diferencia.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? No me gusta lo que esta pregunta separa. La vida debe ser creativa siempre, hagamos lo que hagamos. Se puede ser creativo en una cocina y una oficina, como ganadero o como torero. Y lo somos todos, al menos en algún grado.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Me gusta salir en bicicleta, bañarme y pasear. Pero como ejercicio, no en exceso. Disfruto mucho con los amigos cuando salimos en bicicleta de carretera, pero no siempre puedo.

¿Sabe cocinar? Sí, y creo que mis arroces son dignos de nota.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Me inventaría uno, a ver si cuela. O alguno de los históricos de los que apenas sabemos nada como Heráclito. Por supuesto, hay tantos: Cervantes, Nietzsche, Pla...

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Hay más de una: alegría, futuro, amor...

¿Y la más peligrosa? Fanatismo, violencia, odio.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No, ese sentimiento me es desconocido. Si he pensado alguna vez, muy pocas, en la venganza me ha durado apenas nada.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? No me interesa tener un perfil político, me dedico a algo que no tiene que ver con la contienda partidista. Pero ya que me lo pregunta, le diré que soy anarco-conservador.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Bob Dylan o un toro bravo. El primero por los conciertos en directo, el segundo porque viv1e libre y feliz en el campo (menos los veinte minutos finales).

¿Cuáles son sus vicios principales? Tengo muchos, me gustan las drogas como algunos alcoholes o la filosofía. También me gusta lo que a ti.

¿Y sus virtudes? No tendría que ser yo quien lo dijera. Quizá mi falta de envidia y que no aspiro a gobernar la vida de nadie. También tengo sentido del humor.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Intentaría no pensar, sentir... Hasta muriéndote, en los últimos minutos, puedes sentir y aprender algo.

T. M.