viernes, 24 de marzo de 2023

Entrevista capotiana a Eva Espinet

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Eva Espinet.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Siempre, siempre, un lugar junto al mar. El mar y el sol me revivifican, no podría vivir sin ellos.

¿Prefiere los animales a la gente? Estoy tan enamorada de las personas que me olvido de la belleza de los animales.

¿Es usted cruel? No podría, tengo un sentimiento de culpabilidad exacerbado, que me impide llevar a cabo actos de tal naturaleza. Estaría siempre sufriendo.

¿Tiene muchos amigos? Sí. Quizás es porque quiero mucho a mis amigos y me importan.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que sean generosos y no mientan.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Forma parte de la vida. Difícil es que nadie te llegue a decepcionar.

¿Es usted una persona sincera? Siempre, pero a sabiendas de que no haré daño a la otra persona.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Con mi mujer, con los amigos, con la familia, cocinando, viajando, leyendo, visitando una exposición o un museo, fotografiando el mundo…

¿Qué le da más miedo? Las cucarachas y las ratas. Espero que nadie las use como arma arrojadiza…

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? El hambre, las guerras, los arribistas, las discriminaciones… Y sobre todo, que no seamos capaces de superarlo.

Si no hubiera decidido ser escritora, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Sería pintora. Me gusta desde niña, pero la escritura me come tanto tiempo y espacio que me incapacita para concentrarme en ella. No lo descarto en mi vejez…

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Camino mucho porque es el único momento que logro anular mis pensamientos, y pilates para estirar el cuerpo tras tantas horas en el ordenador.

¿Sabe cocinar? Hasta que llegó el COVID disfruté durante cinco años cocinando hasta tres veces por semana a gente de todo el mundo que visitaban mi casa. Diez personas desconocidas se sentaban en mi mesa y no sabían lo que iban a comer. Cuando se iban lo hacían como amigos. Tenía que saber cocinar para que muchos de ellos incluso repitieran en varias ocasiones. Cocinar es un placer…

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Escribiría sobre las mujeres partisanas italianas, las grandes heroínas en la Segunda Guerra Mundial y las grandes olvidadas, incluso en la literatura, a excepción de Italia que ha escrito algo más sobre ellas. De hecho, serán las protagonistas de mi segunda novela.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Paz. Tan sonora como plausible, solo depende de nosotros.

¿Y la más peligrosa? Guerra. Tan temida como odiada.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Jamás. Sería incapaz. ¿Cómo vivir con ello? Otra vez la culpa…

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Cada vez más la política me decepciona. ¿Si fuéramos capaces de coordinarnos para vivir en armonía en nuestros espacios más cercanos? Lo sé, es una utopía, pero no debería ser tan difícil, ¿no?

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Guía de viajes y cuánto más lejos me llevase ese trabajo, mejor. Viajar es mi otra gran pasión.

¿Cuáles son sus vicios principales? Un día un médico me dijo que mi droga era mi propia mente. Para bien y para mal. Y con esta ya tengo bastante.

¿Y sus virtudes? Trato de comulgar con el ejemplo: La verdad y la generosidad.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Lo he vivido en varias ocasiones… La que me ha provocado más pesadillas es la que yo, una niña, miro desde el fondo de una piscina hacia unas sombras que se proyectan sobre el agua, que tratan de rescatarme. Esto es real y yo era esa niña.

T. M.