Asimismo, para este amante de la literatura en español, la referencia a Gabriel García Márquez es constante, y también aparece Cervantes, a quien dedica un ensayo relacionándolo con Shakespeare, es decir, uniéndose por desgracia al tópico anglosajón que ha logrado hacer creer que el bardo inglés está a la altura de nuestro insuperable escritor. Pero cómo reprocharle nada a quien retomó al personaje para su excelente y penúltima novela, “Quijote”, en que ofrecía la obsesiva vida de un viajante de origen indio que se enamoraba de su Dulcinea particular, una presentadora de televisión.
Por supuesto, el lector encontrará en el libro reflexiones en torno a “Los
versos satánicos” (1988), tras el cual el ayatolá Jomeini lo condenó a muerte por
lo que consideraba un insulto al Corán; las consecuencias de ello aún las
padece, con el ataque que recibió el año pasado dando una conferencia en Nueva
York: un joven le asestó una decena de puñaladas que le hirieron en el brazo y el hígado y le
hicieron perder un ojo. Pues bien, su respuesta ante tales actos atroces
siempre ha sido la literatura. Y aquí se podrá disfrutar de su mirada perspicaz
por medio también de textos sobre exposiciones de arte, hasta alcanzar un
emocionado recuerdo de su íntima amiga Carrie Fisher o cómo pasó el trance del
coronavirus.
Publicado en La Razón, 1-IV-2023