sábado, 6 de mayo de 2023

Entrevista capotiana a Fernando Vara de Rey

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Fernando Vara de Rey.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Si se trata de un sitio cerrado, unos grandes almacenes a lo Chaplin en "Tiempos Modernos". Pero con Paulette Goddard, naturalmente.

¿Prefiere los animales a la gente? Rotundamente no.

¿Es usted cruel? Sólo cuando pierde el eterno rival del Atleti.

¿Tiene muchos amigos? Muchos pero creo que he perdido algunos tras mi respuesta anterior.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? La bondad, la lealtad, la alegría

¿Suelen decepcionarle sus amigos? En ocasiones, más en singular que en plural.

¿Es usted una persona sincera? Sí. Sinceramente.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Aprendiendo.

¿Qué le da más miedo? El amor truncado. Ya estuve allí.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La vulgaridad.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Ejercí el derecho en una época, pero la toga me tiraba de sisa.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Bailo tango y voy a pie a la milonga, ya son dos.

¿Sabe cocinar? Muy precariamente.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A Miguel Hernández.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Todavía.

¿Y la más peligrosa? Dolor.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Poner en evidencia es igual de eficaz, pero sin sangre.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Las que abominan de toda tentación nacionalista.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? No soy una cosa.

¿Cuáles son sus vicios principales? La cerveza si es que se considera un vicio.

¿Y sus virtudes? El optimismo, el afecto incondicional.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Las del día que aprendí a nadar. Y así sobreviviría.

T. M.