domingo, 7 de mayo de 2023

Kafka: bondad sin vanidad

No hace mucho tuvimos al alcance la “Correspondencia de la época de su noviazgo (1912-1917)”, de Franz Kafka: las cartas a Felice Bauer, a quien ya le enseñó el mismo día que la conoció el manuscrito de su primer libro, “Contemplación”, porque lo llevaba a casa de su amigo común Max Brod. También, en la misma editorial, Nórdica, conocimos el libro de Elias Canetti “El otro proceso” (1968), en que se analizaban estas cartas que dieron luz a la personalidad y obras del autor checo. En ellas se presumía un hombre enamorado con aversión al compromiso marital y de una inseguridad extrema. “Solo puedo decir que esas cartas han penetrado en mí como una verdadera vida, y ahora me resultan tan enigmáticas y tan familiares como si me pertenecieran para siempre”, decía el pensador búlgaro en esta ocasión que hallamos ahora también en “Sobre Kafka” (traducción de Adan Kovacsics y Juan José del Solar).

A ello se le añade un gran material inédito, esto es, el contenido de una serie de notas de lectura en que podemos conocer tanto asuntos introspectivos del que fuera premio Nobel en 1981 como reflexiones en torno a Kafka, cronológicamente anteriores y posteriores a “El otro proceso”. De modo que aparte de aparecer el Kafka que usó sus angustias amatorias para volcarlas en su escritura, y después de sendos prólogos de Susanne Lüdemann e Ignacio Echevarría, vemos a un Canetti que ve a su objeto de estudio como a alguien que tiene inquietantes dudas habiendo nacido en su contexto concreto para la fe. Escribe, entonces: “Cada paso como huida ante la duda. (Kafka)”, a lo largo de un libro que tiene a veces tono de aforismo: “Volverse poco claro a través de la claridad: el genio de Kafka”, y en el que encontramos piezas tan llamativas como una conferencia en que se compara al autor praguense con Proust y Joyce, de 1948. Un Kafka que Canetti ve en los antípodas de lo vanidoso y que ejerce en los lectores una suerte de transformación, pues “mientras lo leemos, nos volvemos buenos, pero sin enorgullecernos de ello”.

Publicado en La Razón, 6-V-2023