lunes, 25 de marzo de 2024

Entrevista capotiana a Francisco Lorenzo

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Francisco Lorenzo.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Santiago de Compostela, sin duda. Creo que he nacido en el lugar con el clima idóneo para mí. Soporto fatal el calor y el frío extremos y Santiago se adapta a mis niveles de tolerancia casi de maravilla.

¿Prefiere los animales a la gente? Teniendo en cuenta que la gente, los seres humanos, somos animales, es una pregunta difícil de responder. Aun así, diré que prefiero a un perro sociable antes que a un hombre que se cuela en la cola del supermercado. Y prefiero al hombre que se cuela en la cola del supermercado antes que a cualquier serpiente. Depende del animal y de la persona. Ya se sabe que los gallegos usamos mucho el “depende”.

¿Es usted cruel? Depende. En el trato humano, en absoluto. En cambio, en un juego de mesa competitivo, no tengo piedad con mis rivales.

¿Tiene muchos amigos? Pocos. Pero los que tengo hoy en día son para quedarse.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Lealtad. Que no implica lo mismo que la sinceridad. De hecho, si un amigo me miente en algo, mientras no sea algo grave, no me molesta. Y, si lo hace con mentiras piadosas, mucho menos. En cambio, con lealtad me refiero a saber que puedo contar con ellos cuando los necesito de verdad. Otra cualidad que también me hace congeniar con la gente es el sentido del humor y la naturalidad.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Puede que haya cosas con las que no esté de acuerdo con ellos, pero no hasta el punto de considerarlas decepciones.

¿Es usted una persona sincera? Tanto las personas sinceras como las mentirosas responderían que sí a esta pregunta. Y yo sí, soy una persona sincera.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Me gusta consumir todas las formas de conocer historias nuevas: la lectura, sobre todo, pero también el cine, las series, e incluso los videojuegos con estructura narrativa. Adoro los escape room y resolver acertijos (y crearlos), así como las aventuras en realidad virtual. También me encanta la magia; no solo verla, sino también practicarla (he hecho trucos que han dejado con la boca abierta a personas que jamás había visto con la boca abierta).

¿Qué le da más miedo? Me da miedo decirlo…

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? El maltrato, tanto a personas como a animales. No sé cómo hay gente capaz de hacer daño intencionado a otros seres vivos que sienten.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? ¿Si no llevase una vida creativa? No lo concibo. Soy incapaz de estar un solo día sin crear algo, sea una página de una novela, un acertijo, una pregunta de examen, la respuesta a una entrevista capotiana… Lo que sea, pero adoro crear.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Menos del que debería, lo reconozco (¿ves como soy sincero?). Pero estoy tratando de practicar más (sigo siendo sincero).

¿Sabe cocinar? Los bocadillos y los platos precocinados calentados al microondas se me dan de lujo.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Sherlock Holmes. Me fascina la forma en la que Conan Doyle hacía que hilase los detalles. De hecho, fue una de mis inspiraciones para crear al protagonista de El manipulador.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Esperanza, ¿no?

¿Y la más peligrosa? ¿Peligro?

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No, pero algunos personajes de mis novelas son especialistas en ello.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Las que permitan que la mayoría pueda vivir de forma digna, sin atentar nunca contra los derechos humanos.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? El bolsillo mágico de Doraemon con conciencia propia.

¿Cuáles son sus vicios principales? Tengo más libros y cómics en mis estanterías de los que he podido leer, más escape room de mesa y juegos de investigación de los que he podido estrenar y más juegos de magia de los que he podido practicar. Y, aun así, si de todo esto encuentro algo nuevo a lo que le veo buena pinta, lo compro por si se agota.

¿Y sus virtudes? Dicen que soy una persona interesante y misteriosa. Yo me miro al espejo y pienso “¿quién soy para llevarles la contraria?”.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Por orden: un despertador naranja, una miniatura de un oso de plástico amarillo, una chaqueta con los bolsillos llenos de chicles y caramelos, gotas de agua saltando en una cocina de leña mientras se hacían unas filloas, toda la vida que recuerdo después de la amnesia infantil (que daría para llenar un libro de imágenes) y el flotador que no conseguí alcanzar.

T. M.